En Mazatlán, Sinaloa, la desaparición de Carlos Emilio, un joven de 21 años originario de Durango, ha despertado una ola de indignación entre la población.

El caso, ocurrido el pasado 5 de octubre, ha generado marchas, reclamos y cuestionamientos sobre el trabajo de las autoridades locales, quienes insisten que en Sinaloa no pasa nada.

Marchan por Carlos Emilio en Mazatlán: piden la aparición con vida

Decenas de personas se congregaron vestidas de blanco, con veladoras y pancartas que mostraban los rostros de desaparecidos, para exigir justicia.

La protesta, pacífica, pero cargada de emoción, recorrió el Malecón de Mazatlán, finalizando frente al bar Terraza Valentino, donde Carlos Emilio desapareció mientras festejaba con familiares y amigos.

Según testigos, el joven únicamente fue al baño del establecimiento, pero nunca más regresó. Familiares, encabezados por su madre, lideraron la marcha y compartieron la preocupación y tristeza de no saber que pudo haber pasado con el joven.

“Es un recién graduado de la licenciatura de gastronomía, es deportista, es buen hijo, es buen amigo, es muy querido por amigos y familia, eso es lo que me corresponde hablar...” recordaron sus amigos.

Crece la preocupación por desapariciones en Sinaloa

El caso de Carlos Emilio no es aislado en la entidad, pues Sinaloa atraviesa uno de sus momentos más difíciles ante la violencia que se libra por el crimen organizado.

Carlos y sus primas visitaban la ciudad como turistas, provenientes de Durango, lo que refleja que ninguna persona está segura en el país.

Mientras la investigación avanza lentamente, el exsecretario de Economía estatal, dueño del bar donde ocurrió la desaparición, renunció, supuestamente para permitir el avance del caso.

Sin embargo, la Fiscalía de Sinaloa continúa informando que las pesquisas están en proceso, sin dar mayores detalles sobre posibles hallazgos.

Familiares exigen respuestas y justicia inmediata

Durante la marcha, los familiares de Carlos Emilio y de otras personas desaparecidas hicieron un llamado urgente a las autoridades:

"¿Cuántas personas más tienen que venir aquí a Mazatlán a desaparecer para que empiecen a hacer su trabajo? Agradezco a todos y vamos a iniciar esta marcha pacífica como siempre traemos mencionado y esperamos que el día de hoy sea una última marcha con muy buenos resultados...”

La protesta culminó justo frente al bar del exfuncionario, como un recordatorio de que es obligación del Estado buscar a nuestros desaparecidos, pues el “no hacer nada” ya no es una opción.