El sector poniente de Santiago de Chile, específicamente la población Santa Corina en la comuna de Pudahuel, se encuentra bajo la atención nacional tras ser señalada como el escenario del primer caso de canibalismo en el país sudamericano.
Y es que una casa en ese barrio de familias trabajadoras fue el centro de crímenes como el secuestro, tortura, descuartizamiento y el primer caso de canibalismo en el país, según la Fiscalía de Alta Complejidad Occidente de Chile.
Una llamada dio la pista sobre la desaparición de una mujer
El caso comenzó con una llamada telefónica de veinte minutos, que sirvió como una especie de confesión y terminó abruptamente. La familia de Bernarda Morales González, una de las víctimas, inició la búsqueda de su ser querido por sus propios medios, removiendo cielo y tierra durante casi dos meses.
Tras ese tiempo, la familia encontró un final aterrador: hallaron los restos de Bernarda tras excavar en las inmediaciones, gracias a la información que obtuvieron durante esa angustiante llamada.
Las paredes de la casa, descrita por los vecinos como la “casa del horror”, aún muestran vestigios de lo que pasó. En ese lugar, Benjamín Bordillo Catriman, de 25 años, habría llevado a Bernarda y a su pareja, Arturo, donde cometió los crímenes con una brutalidad que ha dejado perplejos a los investigadores. Según Catherine Saelzer, hija de la víctima, este caso es necesario de contar para impedir que quede impune y porque la comunidad merece conocer la verdad.
¿Quién es el principal relacionado con el caso de canibalismo en Chile?
El principal acusado, Benjamín Bordillo Catriman, ya era conocido por participar en el millonario robo a una empresa de valores en el año 2023 y cometía delitos desde su adolescencia. Sin embargo, su historia tomó un giro aún más oscuro en Santa Corina, donde, además de los asesinatos, investigan actos de canibalismo, según fuentes de la Fiscalía.
La investigación señala la relación del control de la zona para tráfico de drogas como un posible móvil para el homicidio. La “casa del horror” había sido ocupada por personas ajenas, mientras que su verdadero dueño quedó desplazado a una pieza trasera, mientras Bordillo utilizaba la vivienda como base de operaciones.
El caso llevó a la detención de cuatro personas, entre ellas una menor de edad, sobrina de una de las víctimas. La fiscalía presentó la acusación y pidió cadena perpetua calificada para los adultos, así como 10 años de internación para la menor, de acuerdo a su edad al momento de los hechos.