El expresidente colombiano Álvaro Uribe volvió a pronunciarse con firmeza sobre la crisis venezolana. En una reciente intervención, señaló que Nicolás Maduro es un “blanco legítimo” de Estados Unidos, al que definió como “usurpador” y “cabecilla de un grupo narcoterrorista”. Según Uribe, el mandatario venezolano no solo representa un riesgo para su propio país, sino también para la estabilidad política y la seguridad en Colombia.

El exmandatario sostuvo que las autoridades nacionales deberían concentrar esfuerzos en apoyar la captura de Maduro en lugar de discutir proyectos como la creación de una zona binacional en la frontera.

Uribe rechazó a la zona binacional entre Colombia y Venezuela

Durante su exposición, Uribe fue categórico en señalar que una zona binacional no responde a los intereses de Colombia. Argumentó que dicha propuesta, lejos de favorecer el desarrollo social y económico, podría ser utilizada por el régimen venezolano para legitimar su permanencia en el poder y fortalecer a estructuras criminales en la frontera.

Su mensaje fue contundente: “La zona binacional con Maduro... es el avance en la creación de una Cuba grande. ¿Por qué Petro, que nada le ha ayudado a esos departamentos, ahora se los quiere entregar a la tiranía de Maduro?”.

La posición de Uribe frente a la frontera

El líder del Centro Democrático insistió en que la relación con el dictador Nicolás Maduro debe abordarse con firmeza y desde una perspectiva de defensa de la democracia. Subrayó que cualquier cooperación bilateral solo puede darse bajo condiciones claras: respeto a las libertades fundamentales, retorno a la democracia y garantías institucionales.

Además, advirtió que una apertura descontrolada en la frontera aumentaría la presencia de guerrillas, contrabando y estructuras delictivas, generando mayor desestabilización en la región.

Álvaro Uribe recibió libertad

La postura de Álvaro Uribe se enmarca en un año especialmente relevante para su trayectoria política, pues tan solo ayer, un fallo judicial lo convirtió en el primer expresidente colombiano condenado penalmente, tras ser hallado culpable de fraude procesal y soborno a testigos.

La sentencia estableció 12 años de prisión en modalidad domiciliaria, lo que abrió un intenso debate sobre justicia y poder político en Colombia. Aunque cumple su pena en arresto domiciliario, Uribe mantiene su influencia como una de las figuras más influyentes y controvertidas del escenario nacional.