Madres buscadoras no celebran: marchan con fotos, dolor y la esperanza de encontrar a sus hijos
Este 10 de mayo, madres buscadoras no celebran; marchan con fotos en mano buscando a sus hijos desaparecidos en calles de la capital.
El 10 de mayo, mientras muchas madres en México recibieron flores y abrazos, otras más como Denisse no tuvieron más que dolor. El 10 de mayo, madres buscadoras realizaron una marcha con la mano en el corazón y con la tristeza de no saber nada de sus hijos desaparecidos.
Diego Dair desapareció el pasado 2 de abril de 2025 en Villas de las Flores, en Tlajomulco, Jalisco, el joven acompañó a su jefe a vender un auto y no volvió a casa. Su madre Denisse marcha en calles de la Ciudad de México (CDMX) para pedir apoyo y encontrar a su hijo.
Marchan para encontrar a sus hijos desaparecidos
La última ubicación de Diego Dair fue rastreada en la sierra de Nayarit. Sin embargo, la carpeta de investigación está detenida. “Es desgarrador, no se lo deseo a nadie”, expresó Denisse.
Ella viajó a la Ciudad de México con la esperanza de entregar una carta a la presidenta. “Simplemente, me están dando largas, cuando ya encontraron las cámaras”, denunció Denisse, madre de Diego Dair.
En ese mismo contexto, en Paseo de la Reforma, decenas de madres marcharon con ramos en mano y con las últimas fotos de sus hijos. María Herrera, de 76 años, no se cansa de buscar a sus cinco hijos, desaparecidos hace ocho años cuando viajaron a Guerrero a comprar plata.
“Mi cansancio no va a impedir que hasta el último respiro siga buscando a mis hijos, hasta que Dios me lo permita, el último instante de mi vida voy a alzar la voz y a seguir gritando”, dijo María Herrera con voz firme. “Nos dicen que nos dan atole con el dedo, pero ya ni atole es, solo el dedo. No hay nada”, agregó.
Otra historia estremecedora es la de Tránsito, cuya hija desapareció en Salvatierra, Guanajuato, en 2021. Su hermano logró hallarla en una fosa clandestina, pero fue asesinado por investigar. Hoy, Tránsito es buscadora de tiempo completo. “No voy para atrás ni para agarrar vuelo”, afirmó.
Todas las historias son las mismas, desaparecieron, se levantaron denuncias, van con las autoridades locales, estatales, federales, nadie les hace caso, hoy lo que les queda es protestar, salir a las calles, contar sus historias, hacerse visibles, en un México donde nadie, las escucha.