Definitivamente, la creatividad es algo que caracteriza a los mexicanos. Los dichos en México se conocen también como refranes y muchos son realmente acertados y hasta un poco chistosos, por lo que siempre vale la pena tener a la mano una lista con ellos.
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Los mejores dichos mexicanos
Para que ninguna situación te tome desprevenido, a continuación te presentamos una lista con 39 frases y dichos mexicanos recurrentes que podrían sacarte de un apuro:
- Camarón que se duerme, se lo lleva la corriente: si te descuidas, puedes perder oportunidades o salir perjudicado.
- Al mal paso, darle prisa: es mejor enfrentar los problemas de inmediato.
- Más vale prevenir que lamentar: es mejor ser precavido que arrepentirse después.
- A mal tiempo, buena cara: mantén una actitud positiva ante las dificultades.
- El que madruga, Dios lo ayuda: quien actúa temprano o con diligencia tiene más éxito.
- Hierba mala nunca muere: gente molesta o dañina parece durar más de lo esperado.
- Cría cuervos y te sacarán los ojos: si ayudas a quien no lo merece, puede traicionarte.
- El que mucho abarca, poco aprieta: quien intenta hacer demasiado, no hace nada bien.
- Barriga llena, corazón contento: estar bien alimentado mejora el ánimo.
- Más vale pájaro en mano que ciento volando: es mejor lo seguro que arriesgar por algo incierto.
- No hay mal que por bien no venga: de algo malo puede salir algo bueno.
- Cuando el río suena, agua lleva: si se rumora algo, suele tener algo de verdad.
- De tal palo, tal astilla: los hijos se parecen a los padres.
- Al que madruga, Dios lo ayuda: repetido a propósito: destaca el valor de la puntualidad.
- Dime con quién andas y te diré quién eres: las amistades reflejan tu carácter.
- Perro que ladra no muerde: quien amenaza mucho, rara vez actúa.
- El que con lobos anda, a aullar se enseña: uno se adapta al entorno o a las malas compañías.
- No por mucho madrugar amanece más temprano: no todo se logra con apuro, hay cosas que llevan su tiempo.
- Más sabe el diablo por viejo que por diablo: la experiencia enseña más que la astucia.
- A caballo regalado no se le ve colmillo: no critiques lo que te dan gratis.
- El que nace para maceta, no pasa del corredor: cada quien tiene su destino o limitaciones.
- Agua que no has de beber, déjala correr: no te metas en lo que no te afecta.
- En casa de herrero, azadón de palo: a veces falta lo que debería abundar en ciertos lugares.
- El muerto al pozo y el vivo al gozo: hay que seguir con la vida pese a las pérdidas.
- Gallina que come huevo, aunque le quemen el pico: alguien que tiene malos hábitos no cambia fácilmente.
- Loro viejo no aprende a hablar: es difícil que alguien mayor cambie su forma de ser.
- Cada quien habla de la feria como le fue en ella: las opiniones dependen de las experiencias personales.
- A donde el corazón se inclina, el pie camina: vamos donde están nuestros afectos o deseos.
- Más vale solo que mal acompañado: es mejor estar solo que con malas personas.
- Donde hubo fuego, cenizas quedan: siempre queda algo de una relación pasada.
- Aunque la mona se vista de seda, mona se queda: la apariencia no cambia la esencia.
- Quien mucho se despide, pocas ganas tiene de irse: cuando alguien se despide muchas veces, no quiere irse.
- El que es perico, donde quiera es verde: el talento verdadero se nota en cualquier lugar.
- Al nopal sólo se le arriman cuando tiene tunas: solo buscan a alguien cuando les conviene.
- No hay burro calvo ni calabaza con pelo: lo imposible no existe en la realidad.
- Donde manda capitán, no gobierna marinero: en jerarquías, la autoridad se respeta.
- No hay peor lucha que la que no se hace: siempre hay que intentarlo, aunque parezca difícil.
- A falta de pan, tortillas: hay que conformarse o adaptarse con lo que hay.
- Chango viejo no aprende maroma nueva: las personas mayores o con costumbres arraigadas no cambian fácilmente.
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¿De dónde vienen los refranes mexicanos?
De acuerdo con la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, los refranes surgen de la tradición oral y constituyen una valiosa fuente de sabiduría colectiva.
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También vale la pena tener en cuenta que, por concepto, los dichos breves tienen como propósito resumir una enseñanza, observaciones o advertencias.