Hay personas que sienten pasión por el color verde y que disfrutan de tener un pequeño jardín en casa, pero por falta de tiempo, viajes o un ritmo de vida atareado, les cuesta mantenerlo con el cuidado que necesita. Para eso, existe una aliada resistente a olvidos y rutinas complicadas: la “planta de hierro”.
Originaria de los bosques sombríos de China y Japón, la Aspidistra es de los ejemplares más leales que existen y esto se debe a que su pedido de atención es muy escaso. En comparación con otras especies, puede sobrevivir a situaciones y lugares que otras no.
¿Quienes pueden tener esta planta?
Esta planta es la opción ideal para quienes quieren rodearse de naturaleza sin preocuparse por los cuidados constantes. Su mayor virtud es su capacidad de adaptarse a casi cualquier entorno: soporta olvidos en el riego, espacios con poca luz y cambios de temperatura. No demanda atención diaria, ni rutinas estrictas de poda o fertilización, lo que la convierte en la compañera perfecta para aquellos con agendas apretadas o poca experiencia en jardinería.
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¿Qué cuidados requiere?
Mientras otras especies pueden sufrir por la falta de tiempo, la aspidistra se mantiene firme. Según The Spruce solo requiere:
- Un riego moderado con un sustrato ligero, humífero y bien drenado.
- Atención ocasional, como limpiar el polvo de sus grandes hojas para que luzcan siempre brillantes.
- Puede estar en rincones con poca luz
- Es resiliente a las plagas
- Tampoco requiere de poda regular
- Se reproduce de forma sencilla, especialmente, en primavera.
- Requiere poco abono, pero agradece uno ligero para plantas verdes durante verano, aproximadamente cada 3 o 4 semanas.
Tener una aspidistra en casa es sinónimo de tranquilidad: sabrás que tu espacio se mantiene verde, elegante y vivo, aunque la vida diaria no te deje tiempo para preocuparte por el riego o la luz. Si buscas llenar de naturaleza tu casa, pero quieres algo sencillo y sin complicaciones, la “planta de hierro” es la mejor opción.
