Esta zona de Guadalajara es un imán para asaltos: ni los policías se atreven a entrar

Esta zona peligrosa en Guadalajara, vive una ola de asaltos tan grave que hasta los policías se niegan a entrar si no van acompañados por refuerzos; entérate.

zona Guadalajara asaltos
Crédito: Getty Images
Azteca Uno Especiales
Compartir
  •   Copiar enlace

Guadalajara (GDL) es una ciudad de contrastes. Mientras en algunas zonas hay parques llenos, cafés bonitos y gente caminando tranquila, hay otra zona donde el miedo es parte de la rutina. Una de ellas es Rancho Nuevo, una colonia que, tristemente, se ha vuelto sinónimo de asaltos, robos, violencia y abandono.

La situación ha llegado a tal punto que hasta los propios policías evitan entrar sin refuerzos. Y no es una exageración: vecinos y trabajadores del transporte han confirmado que, cuando se solicita apoyo, la respuesta muchas veces es que “no pueden ingresar solos”.

Ahí, en esa parte (y en muchas partes) de la Perla Tapatía, la seguridad parece haber hecho las maletas hace tiempo, según datos de la inteligencia artificial (IA) de ChatGPT.

¿Qué delitos se viven en Rancho Nuevo de Guadalajara?

En esta zona del poniente tapatío, lo que más se escucha son historias de asaltos a plena luz del día. Uno de los focos rojos más mencionados es la ruta 380, donde choferes y pasajeros viven con la tensión de no saber si llegarán bien a casa.

De acuerdo al Observatorio de Seguridad y Justicia de Jalisco, también hay reportes constantes de robos a negocios, ataques a transeúntes y venta de droga al menudeo. Las calles más señaladas son Belisario Domínguez, Fray Nicolás de Zamora e Isla Zanzíbar.

Y aunque la gente intenta hacer su vida con normalidad, la realidad es que caminar por ahí —incluso de día— se ha vuelto un acto de valentía.

¿La policía tapatía hace algo al respecto?

Lo cierto es que la presencia oficial es mínima. Vecinos han tenido que organizarse como pueden: alarmas vecinales, grupos de WhatsApp, rondines entre ellos mismos.

Algunos incluso han instalado cámaras con sus propios recursos. Porque esperar una patrulla es, muchas veces, perder el tiempo.

Aunque desde el Ayuntamiento se han anunciado operativos y promesas de reforzar la seguridad, la sensación de abandono no se ha ido. Y en más de un testimonio se repite una frase que duele: “Aquí, los únicos que patrullan son los malos”.

Galerías y Notas Azteca UNO
×
×
Inklusion
Loading