En México, lo más común al cocinar es usar lo que hay a la mano: aceite, mantequilla o manteca. La verdad es que no todos hacen el mismo efecto en el cuerpo, y en un país donde muchas personas tienen sobrepeso, lo que se elige para freír sí importa. Entonces, ¿cuál es la opción mas saludable para cocinar?
Si la idea es comer rico pero también cuidar la salud, vale la pena saber cuál de estas opciones es la que menos daño hace y cómo usarlas sin pasarse de la raya.
¿Cuál es la mejor opción para cocinar sin afectar la salud?
Los aceites vegetales llevan la ventaja. Son líquidos, no tan procesados y están llenos de grasas insaturadas, que ayudan al corazón y al colesterol.
Si se usan para guisar, lo ideal es no calentarlos demasiado. A fuego medio cumplen su función sin perder sus propiedades. Y si se usan en frío, como aderezo, mejor aún.
De acuerdo con información de la Universidad Autónoma de México (UNAM), entre más natural y menos procesado, mejor para el organismo. Eso sí, nada de freír todo el día en el mismo aceite. Ahí es donde ya no hay beneficio que aguante.
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¿Y entre mantequilla y manteca, cuál es menos peor?
Las dos vienen de origen animal y están cargadas de grasas saturadas, que en exceso afectan el corazón y suben el colesterol malo. La manteca suele usarse para frituras y se mantiene por horas al calor en muchos puestos callejeros, lo que la hace todavía más riesgosa.
La mantequilla parece más “casera”, pero si se usa diario o para cocinar a temperaturas altas, tampoco es la mejor idea. En pocas palabras: mejor limitar su uso a ocasiones contadas.
¿Qué pasa con la margarina o el aceite de coco?
Aquí es donde mucha gente se va con la finta. La margarina viene de aceites, pero pasa por un proceso industrial (hidrogenación) que la convierte en una grasa sólida y menos saludable. Algunas tienen grasas trans y demasiado sodio.
Y el aceite de coco, aunque se vende como algo fit o natural, también tiene muchas grasas saturadas. No es magia, ni es mejor solo por ser “vegetal”. De hecho, cocinar con él a altas temperaturas puede tener el mismo efecto que usar manteca.
Entonces, si se trata de elegir bien: mejor un buen aceite vegetal, sin recalentarlo y sin abusar, que caer en opciones que suenan sanas pero no lo son. Comer rico y cuidar el cuerpo sí se puede… si se cocina con inteligencia.
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