Un gran socavón en la demarcación de Iztapalapa, específicamente en la colonia Santa María Aztahuacán, cumple un mes sin ser atendido, a pesar de que el equipo de construcción se encuentra en el sitio. Este desperfecto vial, que alcanza los ocho metros de circunferencia, ha interrumpido el suministro de líquidos vitales para los residentes de la calle Allende, dejándolos sin acceso al alcantarillado ni al recurso hídrico.

La aparición de estos cráteres y las anegaciones se han transformado en una seria dificultad para la ciudadanía en la capital mexicana. Voces expertas advierten que el panorama podría volverse más crítico si no se transforma la forma en que se administra el recurso hídrico en la cuenca del Valle de México.

Únicamente en la Ciudad de México, el número de socavones experimentó un incremento del 107 por ciento, siendo las delegaciones con mayor incidencia Gustavo A. Madero e Iztapalapa.

Socavones en la CDMX al alza

Ricardo Bando, miembro de la Coordinadora Nacional ‘Agua para todos, agua para la vida’, señala que la persistencia en el modelo de gestión del líquido, que data de la época colonial, representa un peligro inminente.

La extracción excesiva de agua del manto subterráneo es la causa principal de los notorios hundimientos en la metrópoli. A lo largo de más de un siglo, el territorio de la capital ha descendido aproximadamente diez metros.

Bando explicó que la sobreexplotación "ha creado huecos en la capa inferior del suelo". La Zona Metropolitana de la Ciudad de México padece las consecuencias de una inadecuada administración del agua, un sistema establecido en 1607 que buscaba drenar las grandes extensiones lacustres que rodeaban a la antigua urbe mexica. Desde aquel momento, los proyectos de edificación y las supuestas correcciones no han cesado.