El uso de herramientas de Inteligencia Artificial (IA) para resolver dudas sobre salud mental ha crecido como nunca. Muchas personas recurren a chatbots y modelos de lenguaje para hablar, desahogarse o pedir consejos rápidos. Pero, aunque estas tecnologías pueden ser útiles, no sustituyen la terapia con un profesional. Así lo explica el Dr. Rodrigo Corona, psiquiatra según Sun Pharma, quien advierte que detrás del uso excesivo de estos “compañeros digitales” hay un problema más profundo: la soledad.
Según el especialista, la creciente dependencia de la IA no refleja un avance tecnológico, sino una señal de alerta social. “La verdadera solución al sobreuso de la IA viene del trabajo comunitario, de abrirnos a frustrarnos un poco y descubrir el nombre de nuestro vecino”, dice. Para él,
, y reemplazar la interacción humana con una máquina solo refuerza ese aislamiento.
La ilusión de compañía, el riesgo de utilizar la IA como terapia
El Dr. Corona reconoce que los modelos de lenguaje pueden simular conversaciones agradables e incluso aplicar técnicas parecidas a las que usan terapeutas, como el rapport —esa habilidad de usar el lenguaje del paciente para generar confianza—. Pero recuerda que esa sensación de cercanía no proviene de la máquina, sino de una proyección humana. Desde los años 80, con el programa ELIZA, se sabe que las personas tienden a atribuir emociones e intenciones a sistemas inanimados.
El peligro, señala, aparece cuando el usuario alimenta a la IA con ideas o creencias dañinas. El algoritmo puede reforzarlas sin cuestionarlas, provocando un fenómeno parecido a una “psicosis inducida por IA”, donde se fortalecen pensamientos distorsionados o riesgosos. La IA no tiene cuerpo, experiencia ni intuición humana: su lógica es fría, y eso puede llevar a decisiones peligrosas si el usuario cree que la máquina “sabe” qué es mejor para él.
La IA sí ayuda, pero solo como herramienta, no como terapia
El objetivo no es demonizar la tecnología. El Dr. Corona insiste en que las herramientas digitales pueden ser un excelente apoyo cuando se usan con base científica. Ayudan a detectar patrones de lenguaje relacionados con depresión o ansiedad y favorecen la activación conductual en personas que buscan cambiar hábitos o enfrentar miedos.
Sin embargo, reitera que nada reemplaza el encuentro con otra persona. La interacción humana genera aprendizaje, frustración, tolerancia y crecimiento. “La IA es una visión en salud mental, pero el vínculo humano es insustituible”, afirma.
El verdadero mensaje: volvamos a conectar entre humanos
El llamado final del especialista es claro: la solución no está en apagar la computadora, sino en recuperar el contacto humano. Invita a fomentar la convivencia, conocer a los vecinos y buscar apoyo real cuando algo no está bien. “La vida nos hace más fuertes cuando toleramos la frustración que surge al convivir con otros”, concluye.