Las recientes redadas migratorias federales de Estados Unidos en Carolina del Norte, específicamente en la ciudad de Charlotte, han causado un clima de miedo e incertidumbre entre la comunidad migrante y residentes de la zona.
En apenas cuatro días, alrededor de 200 personas han sido detenidas en redadas impulsadas por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés), según reportes locales.
Uno de los afectados, Anthony, residente de Charlotte, relató su experiencia con los agentes migratorios: “Me preguntaron si era ciudadano. Dije que sí, que soy ciudadano, y me preguntaron si mi padre también lo era. Él tiene acento, así que lo apartaron un poco más de tiempo que a mí, y sí, es una pena”. Tras una revisión de documentos, tanto él como su padre pudieron regresar a casa, pero no todos han tenido la misma suerte.
Operativos migratorios provocan cierres de comercios
La fuerte presencia policial y las constantes redadas han llevado a algunos comerciantes a cerrar temporalmente sus negocios, buscando disminuir la afectación que sufren diariamente sus clientes por estos controles migratorios.
Manolo Betancur, dueño de una panadería local, explicó: “No quiero culparme sabiendo que tal vez un niño perdió a su padre o a su madre porque no acostumbraba comprar pan en la panadería”.
Vecinos denuncian arbitrariedad y viven con miedo constante
Los residentes de Charlotte expresan sentirse perseguidos y estigmatizados por las acciones de ICE. Anthony sintetiza el sentimiento general: “No parecemos criminales”. Por ello, diferentes grupos en la comunidad convocaron a una protesta pacífica para denunciar la arbitrariedad y los abusos durante los operativos migratorios.
Las autoridades locales han recomendado a la población migrante extremar precauciones para no dar oportunidad a posibles agresiones adicionales por parte de agentes federales.
Tom Homan reafirma línea dura migratoria sin distinción política
Tom Homan, zar de la frontera estadounidense, responsable de supervisar estas acciones, subrayó que la aplicación de la ley no distingue color político: “Independientemente de si la ciudad es republicana o demócrata, vamos a hacer cumplir las leyes en todo el país”.