El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) sí posee facultades legales para realizar redadas en estadios y otros espacios de eventos masivos en Estados Unidos, aunque existen límites prácticos y matices legales que regulan su accionar.
La pregunta sobre si ICE puede actuar en estos espacios ha ganado relevancia tras diversos operativos recientes, incluyendo lo sucedido este jueves 19 de junio en el Dodger Stadium, donde el equipo de Los Dodgers negó el ingreso de agentes al estacionamiento del recinto donde pretendían llevar a cabo una redada masiva.
Esta mañana, agentes de ICE llegaron a Dodger Stadium y solicitaron permiso para ingresar al estacionamiento. La organización les negó la entrada a nuestra propiedad. El juego de esta noche se jugará según lo programado.
— Los Dodgers (@LosDodgers) June 19, 2025
¿Los estadios no son áreas protegidas?
De acuerdo con las leyes migratorias vigentes en Estados Unidos, los estadios y centros deportivos no están clasificados como “zonas protegidas”, a diferencia de hospitales, escuelas o lugares de culto. Esto significa que, legalmente, ICE puede actuar en estos espacios sin estar violando el marco normativo actual.
En eventos recientes como la Copa Mundial de Clubes de la FIFA 2025, ICE y la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) confirmaron su despliegue con el argumento de que su presencia es parte de protocolos estándar de seguridad pública en actos masivos.
Durante estos operativos, ICE ha emitido recordatorios a los asistentes sobre la necesidad de portar prueba de estatus migratorio legal, lo que ha sido interpretado por defensores de derechos civiles como una estrategia de disuasión e intimidación.
¿De qué dependen las redadas migrantes en estadios?
Aunque ICE tiene facultades generales para actuar en estadios, el acceso a instalaciones privadas depende en gran parte de la cooperación de los propietarios o de la existencia de una orden judicial. El caso de Los Dodgers evidencia que la autoridad federal no puede ingresar libremente sin autorización previa, salvo situaciones excepcionales o de emergencia.
Este punto ha sido clave para organizaciones que buscan limitar los efectos de las redadas migratorias en espacios culturales o deportivos, argumentando que tales acciones pueden desincentivar la asistencia de personas migrantes por miedo a ser detenidas y deportadas.