TikTok se ha convertido en una de las plataformas favoritas entre adolescentes, pero también en una gran oportunidad de reclutamiento para grupos criminales quienes buscan a jóvenes mediante videos que aparentan diversión, poder y dinero fácil. Esta práctica, conocida como el “sueño belicón”, utiliza música popular, emojis, hashtags y escenas de lujos falsos para crear una imagen aspiracional que esconde una realidad violenta.

Los videos muestran convoyes, armas, autos de lujo y promesas de hospedaje, entrenamiento o sueldos altos. Todo esto forma parte de una narrativa diseñada para seducir a jóvenes que buscan pertenencia, estabilidad económica o simplemente escapar de entornos de violencia y abandono.

Cómo operan en TikTok: la anatomía del mensaje criminal

Las publicaciones suelen incluir emojis que funcionan como códigos entre grupos delictivos:

  • El ninja para ladrones encapuchados,
  • El casco para armamento,
  • El diablo morado para “la maña”,
  • El diablo rojo para narcocorridos,
  • El gallo referido a un líder criminal,
  • La pizza como referencia al Cártel de Sinaloa.

Además, los hashtags clasifican el contenido según la organización criminal, como #gentedelmz, #4letras, #belicones o #trabajoparalamaña. A esto se suma música como corridos tumbados, narcocorridos y hip-hop, usada para dar glamour a la vida criminal.

Detrás de esta estética está una oferta fraudulenta : quienes responden a estos mensajes suelen terminar aislados, amenazados y obligados a trabajar bajo explotación, en condiciones de peligro constante.

Una crisis real: miles de menores en riesgo de ser reclutados

La Red por los Derechos de la Infancia en México (REDIM) ha advertido reiteradamente que la utilización de jóvenes en actividades delictivas es una crisis profunda y prolongada. El reciente caso de Uruapan, donde un adolescente de 17 años fue señalado por el asesinato del alcalde Carlos Manzo, evidencia la gravedad del problema.

REDIM estima que hasta 250 mil menores en México podrían estar en riesgo de ser reclutados por grupos criminales, especialmente en entidades con altos niveles de violencia como Michoacán. La organización subraya que estos jóvenes no son criminales sino víctimas de abandono estatal, desigualdad, falta de oportunidades y violencia estructural.

Por ello, insiste en que deben ser tratados bajo un enfoque de protección y justicia juvenil, no de criminalización. La exposición pública de su identidad, como ocurrió en el caso del menor de Uruapan, viola la Ley General de Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes y los principios internacionales de justicia.

La responsabilidad compartida del reclutamiento: familias, Estado y sociedad

Las autoridades recomiendan que padres y tutores conversen abiertamente con los jóvenes sobre las ofertas engañosas que circulan en redes sociales. Reconocer los riesgos puede salvar vidas.

REDIM también plantea tres acciones urgentes para frenar esta crisis:

  1. Atender las causas estructurales que empujan a jóvenes a estas redes —educación, salud mental, desarrollo comunitario.
  2. Evitar la criminalización y exposición mediática de adolescentes involucrados en delitos .
  3. Tipificar el reclutamiento forzado como delito, garantizando atención integral a las víctimas.

Mientras tanto, las autoridades llaman a denunciar cualquier caso sospechoso a través del 089, 911 o la Unidad de Policía Cibernética (55 5242 5100).

El “sueño belicón” promete poder y pertenencia, pero para miles de jóvenes termina siendo una pesadilla marcada por explotación, violencia y pérdida de futuro.