INEGI vs. realidad: La inflación en México deja sin dinero para lo básico
INEGI reportó 3.96% de inflación en abril, con alzas en jitomate, carne de res y aguacate; sin embargo, los productos básicos no están reflejados en cifras oficiales.
El INEGI reportó un aumento del 3.96% en los precios durante la primera quincena de abril, pero en mercados como la Central de Abastos, comerciantes y amas de casa enfrentan una realidad más cruda: “El dinero ya no alcanza ni para lo básico”, denuncian. Testimonios revelan como productos como el jitomate, limón y carne de res han encarecido la vida diaria, dejando en evidencia la brecha entre las cifras oficiales y la economía familiar.
Inflación en México: La cifra del INEGI vs. la realidad en los mercados
Este jueves, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) informó que los precios aumentaron un 3.96% en la primera quincena de abril, con alzas significativas en productos como el jitomate, la carne de res y el aguacate; sin embargo, en los pasillos de la Central de Abastos y los hogares mexicanos, la inflación se vive con mayor crudeza.
Artemisa Hernández, comerciante, explica: “Realmente el dinero no alcanza. El jitomate, el aguacate y el limón subieron de precio. La gente solo lleva un kilo de lo básico”. Elodia Solano, ama de casa, agrega: “No solo subió lo que dice el INEGI. El limón y el pescado también están caros, y eso no lo reportan”.
Raquel Zamora, otra ama de casa, relata: “Antes con 500 pesos surtías la despensa; hoy mil pesos no alcanzan”. María de León coincide: “Gasté mil pesos y no llevé nada suficiente”.
La verdadera inflación se percibe en los mercados, acusan comerciantes
Alejandro Méndez, comerciante de la Central de Abastos, detalla: “El jitomate, el limón y el tomate subieron casi 10 pesos. La gente compra menos y nosotros vendemos menos”. Sus palabras resumen el sentir general: una inflación que, más allá de porcentajes, tiene rostro y nombre en cada hogar.
Mientras el INEGI mide porcentajes, los mexicanos miden la inflación en pesos y centavos: con bolsas vacías, listas de compras recortadas y la frustración de ver cómo el dinero pierde valor en mercados y cocinas. Un fenómeno que, más allá de los informes, define el día a día de millones.