Con Vladímir Putin y Kim Jong Un a su lado en la tribuna de la Plaza de Tiananmen, el presidente chino, Xi Jinping, presidió este miércoles un monumental desfile militar para conmemorar el 80º aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, el evento fue mucho más que un acto ceremonial; fue una exhibición de poderío tecnológico sin precedentes, en la que China presentó por primera vez misiles nucleares de alcance global, drones submarinos y un sistema de defensa láser, enviando un mensaje desafiante en un momento de máxima tensión con Estados Unidos.

“China es imparable”, sentenció Xi en su discurso de apertura, dejando claro que el desfile era una declaración de la fortaleza y la autosuficiencia del gigante asiático.

DF-5C y “ataques de águila”

El momento más imponente del desfile fue la aparición de los misiles balísticos intercontinentales DF-5C, una nueva variante de la familia “Dongfeng”. Montados sobre enormes vehículos de transporte, estos misiles de combustible líquido tienen la capacidad de alcanzar “cualquier punto del planeta”, según la prensa oficial, consolidando la capacidad de disuasión nuclear de China a una escala global.

Junto a ellos, se exhibieron cuatro nuevos misiles antibuque “Ying Ji” (Ataque de Águila), diseñados para destruir grandes embarcaciones como portaaviones. Los analistas creen que las versiones más avanzadas, como el YJ-19 y YJ-20, podrían tener capacidad hipersónica, volando a más de cinco veces la velocidad del sonido para evadir las defensas navales enemigas.

La guerra del futuro: drones submarinos y defensa láser

Más allá de los misiles, China demostró su apuesta por la tecnología bélica del futuro. Desfilaron por primera vez dos grandes vehículos submarinos no tripulados (XLUUV), el AJX002 (reconocimiento) y el HSU100 (posiblemente para sembrar minas). China lidera el programa mundial en este tipo de drones, una capacidad clave para la guerra naval moderna.

Sin embargo, la mayor sorpresa fue la aparición del sistema de defensa aérea láser LY-1. Promocionado en redes sociales vinculadas al ejército como “el más potente del mundo”, este sistema de energía dirigida representa un salto cualitativo en la carrera armamentista, una tecnología que hasta ahora solo unas pocas potencias, como Estados Unidos, estaban desarrollando de forma avanzada.

La impresionante exhibición de armamento estuvo acompañada de un simbolismo geopolítico de igual magnitud. La presencia de Vladímir Putin y, por primera vez en un evento de este tipo, de Kim Jong Un, no fue casual.