Hampones del crimen organizado y jugadores profesionales de la mejor liga de baloncesto del planeta juegan en el mismo equipo y en la misma cancha. Es uno de los mayores escándalos en la historia de la NBA.
Así lo denunció la fiscalía de Nueva York, que tras una investigación de más de tres años, logró la detención de más de 30 personas. “Esta es la saga del tráfico de información privilegiada en la NBA”, dijo Kash Patel, director del FBI.
“Uno de los esquemas de corrupción deportiva más descarados desde que las apuestas deportivas en línea se legalizaron ampliamente en los Estados Unidos”, expresó Joseph Nocella, fiscal del Distrito Este de Nueva York.
Apuestas deportivas y estadísticas manipuladas
La investigación descubrió dos diferentes maneras con las que los implicados operaban. La primera, cimentada sobre apuestas deportivas.
Jugadores de la NBA manipulaban sus estadísticas individuales. Lo hacían alterando su rendimiento en determinados partidos o fingiendo lesiones para dejar la duela antes de que el cronómetro terminara.
Terry Rozier y más de 26 millones de dólares
Uno de los principales implicados en esta modalidad es Terry Rozier, hasta ayer base del Miami Heat. Su salario superaba los 2 millones de dólares mensuales. Ganaba más de 26 millones por año.
Jessica Tish, comisionada del Departamento de Policía de Nueva York, declaró: “Los miembros del grupo apostaron más de 200 mil dólares a que sus estadísticas serían inferiores a las reales. Rozier abandonó el partido después de solo 9 minutos y esas apuestas se pagaron, generando decenas de miles de dólares en ganancias”.
Arrestos por partidas amañadas de póker
En la segunda tanda de acusados se encuentra Chauncey Billups. Excampeón de la NBA con los Detroit Pistons y actual entrenador de los Blazers de Portland.
Él, junto a otros exjugadores y varios delincuentes miembros de las familias criminales italoamericanas más buscadas de Nueva York, entre ellas los Gambino, los Bonnano y los Genovese, fue detenido por participar en partidas amañadas de póker.
“Se están aprovechando de la notoriedad de algunos y de los bolsillos de muchos para financiar a las familias criminales italianas aquí en Nueva York”, expuso Christopher Raia, subdirector del FBI en Nueva York.
El dispositivo policial no solo se desarrolló en Nueva York, sino en 11 diferentes entidades donde se realizaron varios arrestos y diferentes allanamientos de lugares relacionados con los delitos.