El financiamiento para combatir las enfermedades más letales y costosas en México ha quedado en la cuerda floja. La mayoría legislativa de Morena aprobó una polémica iniciativa que elimina el porcentaje obligatorio destinado exclusivamente a pagar tratamientos de alta especialidad en el Fondo de Salud para el Bienestar (antes conocido como Fondo de Protección contra Gastos Catastróficos).

Fue el pasado 25 de noviembre cuando la Cámara de Diputados aprobó una reforma que elimina la obligación de destinar al menos el 8% del FONSABI a enfermedades catastróficas, como cáncer, VIH, raras e infartos. Ahora esos recursos son discrecionales y pasan a la Tesorería.

Adiós al candado para enfermedades como VIH y cáncer

Hasta ahora, este fondo contaba con recursos etiquetados específicamente para cubrir enfermedades que, por su alto costo, pueden llevar a la ruina a cualquier familia, tales como el cáncer (en niños y adultos), el VIH/SIDA, cuidados intensivos neonatales y trasplantes.

La reforma aprobada quita ese "candado" financiero. Al eliminar la obligatoriedad de reservar ese porcentaje para la atención médica directa, se abre la puerta a la discrecionalidad en el uso de los recursos.

El cambio legislativo permite ahora que ese dinero, que salvaba vidas, pueda ser reasignado a rubros administrativos y de infraestructura. Según el dictamen, los recursos podrán utilizarse para:

  • Gasto corriente (nóminas, papelería, servicios básicos).
  • Mantenimiento y conservación de hospitales.
  • Infraestructura médica.

Expertos y opositores advierten que esta medida desvirtúa el propósito original del fondo. Al mezclar el presupuesto de atención a enfermedades graves con el gasto operativo de los hospitales, se corre el riesgo inminente de que no haya dinero suficiente cuando un paciente requiera una cirugía compleja o medicamentos oncológicos, pues el recurso ya se habrá gastado en pintar fachadas o pagar servicios generales.