De la frontera cerrada al emprendimiento: La historia de migrantes en la CDMX
La frontera cerrada ha convertido a México en un nuevo destino para miles de migrantes, que ahora buscan construir un futuro en calles de la CDMX.
Ante el cierre de la fronteras con Estados Unidos, miles de migrantes han tenido que cambiar de plan, ya que en lugar de continuar su travesía hacia el norte, se han establecido en la Ciudad de México (CDMX) y han optado por trabajar o emprender en el sector informal.
Sin documentación y sin acceso a empleos formales, han encontrado en el comercio callejero una forma de subsistencia en un país donde se sienten no bienvenidos.
“Decidí emprender por mi cuenta”: Migrantes buscan subsistir en el Centro Histórico de la CDMX
Ana María, migrante junto con su esposo e hijos, llegó con la esperanza de cruzar la frontera, pero las condiciones la hicieron replantearse el camino.
“Le trabajé a un mexicano de 8 de la mañana a 11 de la noche por 250 pesos y no sale”, relató para Fuerza Informativa Azteca (FIA). Ahora, con su cocina económica instalada en el Centro Histórico, su ingreso ha mejorado.
“Gracias a Dios, ahora ganamos entre mil 500 y dos mil pesos diarios”. El caso de Maryoli es similar. Después de vender ropa para otra persona y no poder costear una renta, tomó la decisión de montar su propio negocio en la vía pública.
“No me daba para pagar arriendo y servicios, así que decidí emprender por mi cuenta”, cuenta mientras atiende su pequeña tienda ambulante.
En el Centro Histórico de la #CDMX, la informalidad laboral se ha intensificado...
— Fuerza Informativa Azteca (@AztecaNoticias) January 30, 2025
Familias #migrantes han establecido negocios informales, como cocinas económicas y tienditas, debido a la falta de empleos formales y la necesidad de ingresos adicionales.
Esta situación refleja… pic.twitter.com/DQKzTfp6iH
Migrantes cargadores: la mano de obra más barata para los negocios asiáticos
Otros migrantes han encontrado trabajo como cargadores de mercancía en el comercio informal. Los “diablitos” llenos de toneladas de productos chinos son movidos por trabajadores que reciben menos que sus pares mexicanos.
“A los mexicanos les pagan 500 pesos por contenedor, a nosotros nos quieren pagar 200", denuncia Mayerson, migrante que ha tenido que aceptar estas condiciones por necesidad.
Victor, otro migrante, explica cómo funciona esta cadena de empleo informal. “Hay una persona que toma los contratos con los chinos y nos llama para pedir 10, 12 o 15 trabajadores”.
Con la proliferación de este esquema, la competencia por los espacios y los ingresos se ha intensificado en el abarrotado Centro Histórico.
Tensiones entre comerciantes mexicanos y migrantes
La creciente presencia de migrantes en el comercio informal también ha generado fricciones con los comerciantes establecidos. “Te ponen sus diablos, te ponen sus motos, los asiáticos a veces hasta te insultan porque les pides que no bloqueen los accesos”, explican algunos comerciantes afectados.
“El hecho de que no estén regulados y no tengan seguridad social es una crónica de tragedias anunciadas”, advirtió Guillermo Alejandro Gazal, presidente de Procentrhico A.C.
Para intentar frenar los conflictos y fomentar la integración, han surgido iniciativas como la Escuela de Participación Ciudadana.
“Buscamos que estas comunidades comprendan que este no es cualquier sitio, sino un lugar patrimonial”, explica Loredana Montes López, directora del Fideicomiso del Centro Histórico.
Con más de 5 mil 800 predios de uso mixto donde coexisten viviendas, oficinas y comercios, el Centro Histórico de la CDMX enfrenta un nuevo desafío: la multiculturalidad y la regulación de la economía informal.