En ocasiones sienten que la muerte los persigue. Colectivos de búsqueda de personas desaparecidas afirman que a diario salen con el temor de pasar de buscadores a buscados.
Norma Andrade, madre buscadora, casi pierde la vida. Recibió cinco disparos en Ciudad Juárez, Chihuahua, cuando buscaba a los responsables del secuestro, violación tumultuaria y asesinato de su hija. El gobierno para cuidarla la desplazó a la Ciudad de México y ahí fue acuchillada.
“El siguiente balazo me entra por el pecho en diagonal y yo por instinto hago esto... porque el ardor que yo sentí en ese momento fue mucho... Entonces con la mano desvío la entrada y la salida y desvió la siguiente bala y las otras tres balas me entran por el hombro y atraviesan la espalda...”, cuenta.
El acecho del crimen organizado hacia las madres buscadoras permea en todo el país. Las mujeres salen de casa con la bendición de Dios, sus herramientas y pancartas, pero algunas de ellas no regresaron, fueron asesinadas.
Madres buscadoras temen por su vida ante el crimen organizado; “estamos en peligro constante”
“Cuando mataron a nuestra compañera de Guaymas, y lamentablemente, la mataron, la sacaron de su casa y la mataron, eso en Sonora, pero sabemos que en otros estados han matado a madres buscadoras, a hermanas buscadoras y pues sí nos preocupa bastante”, relata Cecilia Delgado, fundadora del Colectivo Buscadoras por la paz Sonora.
Pero a través de su mirada inquietante dicen que el miedo ya lo perdieron, lo perdieron cuando la delincuencia les arrebató lo que amaban.
“La verdad es que si estamos en peligro constante, y si llegan amenazas al teléfono, pero el momento que se llevaron a mi niña se llevaron también nuestro miedo, se llevaron nuestra vida, entonces nosotros estamos dispuestos aún con las amenazas, aun con los riesgos”, expresa Cecilia Armenta.
Otras como Cecilia no han tenido más opción que dejarlo todo. Al verse perseguidas por el crimen organizado, han tenido que desplazarse de un estado a otro. Han tenido que tocar incluso más de una vez cientos de puertas, pero solo han llegado hasta donde el desdén oficial les ha permitido.
“El día de hoy no vengo como madre buscadora... vengo como beisbolista a ver si así me atienden porque él no atiende a las madres buscadoras, pero atiende beisbolistas”, dijo tras acudir a Palacio Nacional, pero por segunda ocasión, Cecilia no fue recibida.