El incansable peregrinar de una familia en busca de su hijo Julio llegó a un desgarrador final tras tres años de angustia. Lo que los padres de Julio César Cervantes Cabañas nunca imaginaron fue que lo encontrarían donde menos lo esperaban: su cuerpo había sido enviado para estudio anatómico a una institución educativa, en un acto de presunta negligencia que ha indignado a sus seres queridos.
Julio, quien padecía una discapacidad mental, desapareció tras salir a una tienda. Sus padres lo buscaron sin cesar durante tres largos años, sin tener una sola pista de su paradero. La terrible noticia llegó cuando se enteraron de que el cadáver de su hijo había permanecido por meses en el Instituto de Ciencias Forenses (Incifo) de la Ciudad de México, antes de ser enviado a la Escuela Superior de Medicina del Instituto Politécnico Nacional (IPN).
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Un cuerpo entregado para estudio sin consentimiento
Lo más impactante de esta historia es que, en 2024, el cuerpo de Julio fue entregado a la escuela de medicina del IPN para ser utilizado con fines de estudio. La madre de Julio relató el horror de encontrar a su propio hijo siendo objeto de prácticas anatómicas. Describió cómo el cuerpo había sido “vaciado”, extrayéndole órganos como la lengua, el esófago y todos los intestinos.
Además, el cadáver fue entregado a la familia con una coloración oscura, presumiblemente debido a los químicos utilizados en su preparación. “Me lo entregaron negro, por tanto reactivo que lo quemaron”, expresó la madre con dolor. La familia cuestiona vehementemente quién autorizó dicha “donación a las escuelas de medicina” sin su consentimiento.
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La noticia de que su hijo había estado en el Incifo durante al menos diez meses antes de ser enviado al IPN, subraya lo que consideran un acto de negligencia total por parte de las autoridades.
Pero el calvario no terminó ahí. Una vez que el Instituto Politécnico Nacional devolvió el cuerpo de Julio al Incifo, sus padres tuvieron que esperar otras dos semanas adicionales para poder finalmente recuperarlo. Esta prolongada espera se suma al dolor y la indignación de la familia, quienes califican el trato de inhumano.
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La familia de Julio César Cervantes Cabañas ha expresado su profunda frustración por la falta de acción y respuestas de las instituciones. Acusan directamente a la Fiscalía, al Incifo y a la Comisión de Búsqueda de inacción. “Ni la fiscalía, ni el Incifo, ni la comisión de búsqueda, nada, o sea, que nadie hace nada, nadie, nadie hace su trabajo”, declararon con impotencia.
Hasta el momento, ni el IPN ni el Incifo han ofrecido una respuesta clara sobre lo sucedido. La familia exige saber qué funcionario fue el responsable de ordenar el envío del cuerpo de Julio a la escuela de medicina y quién lo recibió en el instituto.
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Adicionalmente, existe una denuncia por secuestro contra una mujer acusada de la desaparición inicial de Julio. Sin embargo, según la familia, esta línea de investigación no ha avanzado, añadiendo más frustración a su búsqueda de justicia.
Los padres de Julio han dejado claro que no descansarán. Han prometido hacer todo lo posible para que se esclarezca lo ocurrido y se haga justicia por la muerte y el trato indigno que recibió su hijo. Su lucha es ahora por la verdad y la rendición de cuentas de las instituciones involucradas en este lamentable caso.