El periodista Javier Alatorre rompió el silencio y le devolvió el golpe al aparato de comunicación del gobierno federal. En su noticiero, lanzó una respuesta frontal al titular de Infodemia, Miguel Elorza, quien desde la conferencia presidencial de Claudia Sheinbaum volvió a señalarlo como presunto operador de redes de bots.
“En esta mañanera de mentira tras mentira se refirieron de nueva cuenta a mi cuenta de X”, dijo Alatorre al iniciar su intervención. Luego, con tono firme y sin rodeos, zanjó el tema:
“Yo no pago por mis redes. No contrato bots. No soy un bot. No tengo ni idea de su atlas. A ver, que le quede claro, señor: yo me mando solo.”
“La mañanera de mentira tras mentira” en Palacio Nacional
La frase resume el hartazgo de buena parte del gremio periodístico ante el uso cotidiano de la tribuna presidencial para etiquetar, acusar y difamar a comunicadores incómodos. Lo que el gobierno llama “Infodemia” se ha convertido en un espacio para perseguir a quienes no se alinean con la narrativa oficial.
Alatorre no solo se defendió: desnudó la estrategia de desinformación desde el poder, donde los datos se moldean a conveniencia y los críticos son convertidos en enemigos. En su mensaje, el periodista le puso nombre al problema: la mentira institucionalizada.
Entre la verdad y el aparato propagandístico: la persecusión que se vive en Palacio Nacional
Mientras desde Palacio Nacional se insiste en hablar de “libertad de expresión”, la realidad muestra otra cara: periodistas exhibidos, medios estigmatizados y un aparato público usado para intimidar a quien no repite el discurso.
La respuesta de Alatorre no fue solo una defensa personal, fue un recordatorio de que en México aún hay periodistas que no se dejan domesticar por el poder.
“Yo me mando solo” suena hoy más como una advertencia que como una simple frase: una declaración de independencia frente a la maquinaria del gobierno que pretende decidir quién dice la verdad.