“No hemos hecho nada malo, pero el temor está": Inmigrantes en EU bajo la sombra de Trump
El testimonio de un mexicano con 22 años sin papeles en Nueva York refleja el miedo latente ante nuevas amenazas y una retórica de mano dura, aunque la esperanza de una regularización persiste.
Un clima de incertidumbre recorre a la población migrante indocumentada en Estados Unidos. Mientras la administración del presidente Donald Trump intensifica su retórica y anuncia nuevas medidas de control, el temor crece entre quienes, como Jose Jurado, llevan décadas viviendo y trabajando en el país sin haber podido regularizar su situación.
“No hemos hecho nada malo… pero el temor siempre está", confiesa Jose, reflejando la ansiedad de millones.
Jose Jurado: 22 años en Nueva York sin papeles
Originario de México, Jose llegó a Nueva York hace unos veintidós años y desde entonces se ha dedicado a trabajar de carpintero de mármol.
Su situación migratoria, sin embargo, no ha cambiado. “Es la misma que cuando llegué acá. No ha habido la oportunidad de arreglar la situación”, lamenta.
Cuenta que él y su esposa lo han intentado “unas tres veces o cuatro”, consultando abogados que les han dado la misma respuesta desalentadora: “No hay nada que se pueda hacer por nosotros, realmente no hay una forma de abrir un caso porque no hemos hecho nada malo”.
Entre la calma aparente y el temor latente
Jose recuerda el primer mandato de Trump: “La primera vez sí, tuve un poquito de miedo”. Ahora, asegura estar más tranquilo, confiando en su historial limpio.
“No nos preocupamos porque no hemos hecho nada malo”, reitera, aunque admite que “siempre está la incertidumbre”. Percibe que las advertencias actuales no son nuevas, pero sí nota un mayor temor en otros, especialmente “las personas que han llegado reciente” y gente de otros países.
Para él, volver a México “no es una opción”. Su estrategia es “quedarse aquí tranquilo, seguir portándose bien, respetando las leyes”. La esperanza, afirma, sigue viva: “Tenemos la esperanza de que algún día suceda, ¿no?”.
Endurecimiento de políticas
Siguiendo las promesas de campaña, el presidente reiteró en un mitin en Arizona el pasado 12 de abril su descripción de la situación fronteriza como una “invasión” y prometió “la mayor operación de deportación en la historia estadounidense”.
A principios de mes, se anunció la operación “Guardián Fronterizo Reforzado”, que aumenta la presencia militar en la frontera y busca acelerar expulsiones.
Además, el 10 de abril, el DHS propuso una nueva regla para restringir drásticamente el asilo a quienes crucen ilegalmente sin haberlo solicitado antes en otro país. Respecto a la aplicación CBP One (a la que Jose se refirió como “C Pi Home"), aunque sigue siendo el canal para citas de asilo, reportes indican un endurecimiento en su gestión, con más denegaciones y presiones para retornos voluntarios.
Si bien no es una “autodeportación” formal vía app, sí refleja una política más restrictiva. A esto se suma un leve repunte reportado en auditorías y redadas laborales selectivas en semanas recientes.
Una realidad compleja
Mientras la administración enfoca sus esfuerzos en el control fronterizo y la deportación, la situación de millones de indocumentados como Jose, arraigados por décadas, con familias y trabajos, evidencia la complejidad del fenómeno migratorio y la falta de vías realistas de regularización.
Jose subraya una realidad a menudo ignorada: “No he necesitado de una green card durante veintidós, veintitrés años que llevo aquí".
Su vida, como la de tantos otros, transcurre aportando a la sociedad estadounidense, pero marcada por una vulnerabilidad legal constante.