Del sueño al Jardín Botánico “Esther Pliego de Salinas” en Acapulco
El Jardín Botánico “Esther Pliego de Salinas”, en Acapulco, ofrece un recorrido entre seis mil ejemplares de plantas terrestres y acuáticas.
El sueño que compartía un grupo de mujeres se hizo realidad, cuando su club de jardinería se convirtió en el Jardín Botánico “Esther Pliego de Salinas”, ubicado en Acapulco, Guerrero.
El 2 de marzo de 2002 se cumplió el sueño, gracias a que mujeres mexicanas, con dedicación y sus propios recursos, consiguieron darle vida a este museo de plantas vivientes, como lo describe la fundadora.
Esther Pliego de Salinas, fundadora del Jardín Botánico de Acapulco, explicó que al principio, todas las socias del primer club de jardinería escarbaban y limpiaban, pero la tierra estaba tan dura porque era de cerro que no podían meter una pala, ni los jardineros podían hacerlo.
Es un museo de plantas vivientes, así como en un museo de arte puede haber pintura o escultura, aquí hay plantas.
Actualmente, el Jardín Botánico “Esther Pliego de Salinas”, el más importante de Acapulco y uno de los mejores del país, alberga seis mil ejemplares de mil 200 especies de plantas terrestres y acuáticas, además de ocho estanques.
Desde su fundación, ha recibido a más de 60 mil visitantes de México y el mundo, y en su interior se han ofrecido recorridos guiados a seis mil 300 estudiantes y certificado a 70 jardineros.
Jardín Botánico “Esther Pliego de Salinas”, legado para la comunidad
Karina Adame, integrante del Consejo Técnico del Jardín Botánico “Esther Pliego de Salinas”, aseguró que “el sueño pasó a ser un proyecto interesantísimo y hoy un legado para todo Acapulco”.
Esto fue posible gracias a 32 mujeres “comprometidas en dejarle algo a Acapulco”, que se dieron el tiempo de “hacer algo por la comunidad”, dijo Kay Mendieta, codirectora del Jardín Botánico .
“Ese grupo de señoras dijo ‘claro que se puede’. Aparte de los hijos, la casa, trabajar, nos dimos el tiempo porque queríamos salir de la comodidad de hacer algo para nosotros nada más y hacer algo por la comunidad”, agregó.
Finalmente, la fundadora del Jardín Botánico, Esther Pliego de Salinas aseguró que trabajando todos los días, poquito a poquito, de repente abrió los ojos y ya pasaron 20 años desde que el sueño se volvió realidad.