Un reciente estudio publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences ha revelado pistas asombrosas sobre la evolución de algunos de los animales más extraños del planeta: el ornitorrinco y el equidna. Esta investigación científica, centrada en el análisis de un fósil único encontrado en Australia, ofrece nueva luz sobre los orígenes de los mamíferos más primitivos aún vivos.
Ornitorrinco y equidna son considerados “rarezas evolutivas”
Ambos animales pertenecen a un grupo exclusivo llamado monotremas, conocidos por ser los únicos mamíferos que ponen huevos. El ornitorrinco, con pico de pato y patas palmeadas, es semiacuático, mientras que el equidna, cubierto de púas, es terrestre. A pesar de sus diferencias, comparten rasgos únicos: no tienen dientes, secretan leche a través de la piel y sus crías se alimentan lamiéndola.
Para los científicos, estos animales únicos no son solo rarezas biológicas, sino también ventanas al pasado evolutivo. Según el Dr. Guillermo W. Rougier, investigador de la Universidad de Louisville, los monotremas podrían parecerse más a los mamíferos de la era de los dinosaurios que a cualquier otra especie moderna, incluidos los humanos.
¿Qué información arrojó el fósil de Kryoryctes cadburyi?
El estudio liderado por la paleontóloga Suzanne Hand, de la Universidad de Nueva Gales del Sur, analizó un fósil de más de 100 millones de años encontrado en Dinosaur Cove, Australia. El hueso, un húmero, mostró características internas sorprendentes gracias a técnicas avanzadas de imagen 3D.
Aunque externamente el fósil parecía similar al de un equidna, su interior reveló características propias de un ornitorrinco semiacuático, como una estructura ósea más pesada y compacta. Esta adaptación habría facilitado la vida en el agua, ayudando al animal a sumergirse.
¿Los ornitorrincos vienen del agua o la tierra?
El descubrimiento respalda la hipótesis de que ambos animales comparten un ancestro común que habría vivido en un entorno acuático. Con el tiempo, el ornitorrinco conservó ese estilo de vida, mientras que el equidna evolucionó hacia un modo de vida terrestre.
Este proceso evolutivo es raro. Mientras que existen muchos ejemplos de especies que pasaron de la tierra al agua (como delfines o ballenas), el proceso inverso es mucho menos documentado. La adaptación del equidna moderno podría representar un caso excepcional de esta transición.
La evolución de estos animales también podría explicar sus peculiares patas traseras orientadas hacia atrás, una característica que puede haber heredado de sus ancestros nadadores, quienes las habrían usado como timones.