Un grupo de migrantes venezolanos detenidos en el centro de reclusión Bluebonnet Detention Center, ubicado en Anson, Texas, recurrió a una acción desesperada para solicitar ayuda. El lunes pasado, mientras un dron de la agencia internacional Reuters sobrevolaba el lugar, treinta y un detenidos formaron con sus cuerpos la señal internacional de auxilio: SOS, visible desde el aire.
La escena, que rápidamente se viralizó en redes sociales y medios de comunicación, expuso las condiciones de tensión extrema en la que se encuentran decenas de personas privadas de libertad en esta instalación administrada por una empresa privada bajo contrato con el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE).
Migrantes detenidos niegan ser miembros del Tren de Aragua
Diez días antes de este evento, algunos migrantes venezolanos recibieron notificaciones oficiales acusándolos de pertenecer al Tren de Aragua, grupo recientemente designado como organización terrorista por el gobierno del presidente Donald Trump. Familiares de los detenidos aseguran que muchos de ellos no tienen vínculo alguno con dicha pandilla.
Los señalados fueron llevados al aeropuerto regional de Abilene para ser deportados a El Salvador, país donde podrían ser enviados al CECOT, la conocida prisión de máxima seguridad. No obstante, la Corte Suprema de Estados Unidos intervino de emergencia, bloqueando temporalmente las deportaciones. A la fecha, los migrantes continúan en el centro de detención a la espera de una resolución judicial definitiva.
Política migratoria bajo el segundo mandato de Donald Trump
La administración Trump ha reactivado mecanismos legales de corte histórico como la Ley de Enemigos Extranjeros de 1798, lo que ha permitido la detención y expulsión de al menos 137 venezolanos, según fuentes oficiales. Estas medidas, criticadas por organizaciones de derechos humanos, marcan una nueva etapa en la política migratoria del actual gobierno.
El centro de Bluebonnet, localizado a más de 300 kilómetros de Dallas, aloja actualmente a casi 850 personas al día. Las condiciones internas, según imágenes aéreas y reportes de Reuters, revelan un ambiente de confinamiento severo. Algunos internos portaban uniformes rojos, tradicionalmente usados para los considerados de alto riesgo.