Donald Trump, presidente de Estados Unidos, anunció este miércoles 9 de julio la imposición de aranceles del 50% sobre todas las importaciones del cobre. Asimismo aplicará el mismo impuesto a Brasil.

En una decisión que tensa aún más las relaciones bilaterales entre ambas naciones. La medida, que entrará en vigor a partir del 1 de agosto de 2025, fue comunicada oficialmente por medio de una carta firmada por Trump y enviada al presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva.

En el documento, Trump critica duramente el juicio que enfrenta el expresidente Jair Bolsonaro en Brasil, calificándolo como una “vergüenza internacional” y una “caza de brujas que debe terminar de inmediato”. La Casa Blanca señala que esta situación, junto con lo que denomina prácticas comerciales desleales, justifica la aplicación del nuevo arancel general del 50%.

¿Por qué Trump impuso impuestos a Brasil?

Según Trump, la decisión también responde a una serie de quejas por lo que califica como un trato injusto hacia empresas estadounidenses, además de la falta de reciprocidad en el comercio bilateral. El mandatario acusa a Brasil de mantener barreras arancelarias y no arancelarias que afectan de manera desigual las exportaciones de EU.

Además del nuevo gravamen del 50%, Trump advierte que los productos brasileños que utilicen terceros países para eludir las tarifas también serán penalizados con un arancel similar. Esto refuerza su visión de una política comercial proteccionista, coherente con otras decisiones previas que ya han impactado a naciones como China, México y la Unión Europea desde su regreso a la presidencia.

Estados Unidos lanza advertencias a otros países

Brasil no fue el único país en recibir advertencias. El mismo día, la Casa Blanca envió cartas similares a Filipinas, Sri Lanka, Moldova, Brunéi, Argelia, Libia e Iraq, con anuncios de aranceles de hasta el 30% sobre productos exportados hacia EU. Estas medidas se aplicarían también desde el 1 de agosto, a menos que se concreten acuerdos bilaterales previos.

Con esta acción, Trump consolida su estrategia de utilizar los aranceles como herramienta diplomática y económica, al igual que lo hizo en su primer mandato.