El cometa de origen interestelar, identificado como 3I/ATLAS, ha emergido de detrás de nuestra estrella y ahora traza una ruta que lo saca de nuestro sistema solar. Al distanciarse del Sol, el astro ha incrementado su rapidez, planteando interrogantes sobre el origen de este cambio en su movimiento.

El cuerpo celeste alcanzó su máxima cercanía a la estrella, un punto conocido como perihelio, el pasado 29 de octubre. Durante este tránsito, el cometa alcanzó una velocidad máxima de 68 kilómetros por segundo.

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Aceleración sorprendente: Esto se sabe sobre la trayectoria del Cometa 3I/ATLAS

Tras su acercamiento, 3I/ATLAS ha expulsado dióxido de carbono y agua, componentes que se perdieron al pasar cerca del Sol.

Un fenómeno que ha capturado la atención es la posible aceleración "no gravitacional" del cometa. Aunque los objetos naturalmente ganan velocidad al alejarse de un cuerpo masivo, un proceso denominado "efecto honda" o asistencia gravitatoria —una técnica que los ingenieros espaciales aprovechan para acelerar sondas—, el reciente análisis de Davide Farnocchia del Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de la NASA sugiere una aceleración adicional. Esta aparente anomalía no es artificial, sino que se relaciona con la pérdida de grandes volúmenes de agua y gases del cometa, un factor que contribuye a que gane ímpetu.

El cometa 3I/ATLAS muestra una aceleración no gravitational inusual tras su paso cerca del Sol

El cometa estuvo oculto mientras transitaba por detrás del Sol, pero reapareció y se hizo visible nuevamente el 1 de noviembre. Durante los próximos dos meses, múltiples observatorios seguirán su curso. Además, varias sondas espaciales enviarán datos del objeto interestelar. Por ejemplo, la sonda JUICE de la Agencia Espacial Europea (ESA) tiene previsto enviar sus hallazgos en febrero de 2026, una vez que despliegue su antena.

A pesar de su visibilidad, los enigmas que rodean al 3I/ATLAS persisten. Observaciones recientes notaron un aumento en su luminosidad. Aunque es típico que los cometas se vuelvan más brillantes al aproximarse al Sol, aún se debate si este rápido incremento se debe a la expulsión de polvo en forma de chorro o a la pérdida de agua.

El cometa 3I/ATLAS tiene 10 mil millones de años, superando la edad de nuestro sistema solar

Actualmente, 3I/ATLAS se aleja a una velocidad superior a los 58 kilómetros por segundo. Se proyecta que, en el primer tercio del 2026, su trayectoria lo haga coincidir con Júpiter al abandonar nuestro vecindario cósmico.

El seguimiento de 3I/ATLAS ya ha proporcionado hallazgos significativos. Se ha comprobado que el cometa contiene notables cantidades de agua, una confirmación fundamental sobre la presencia generalizada del ingrediente esencial para la vida en el universo.

Otro dato impactante es su longevidad, estimada en 10 mil millones de años, lo que lo hace más del doble de antiguo que nuestro propio sistema solar, cuya formación data de hace 4 mil 600 millones de años.