¡Un santuario lleno de memoria y tradición! Cada Día de Muertos, las calles del municipio de Huitziltepec, Guerrero, se ilumina de veladoras y se llena de flores de cempasúchil, para recordar a los seres amados que se fueron del plano terrenal.
En esta región de Guerrero, la muerte no es la despedida, es el inicio de un diálogo eterno entre los vivos y los muertos.
“Seguimos adelante con la tradición, venir a venerarlos, a honrar a nuestros fieles difuntos que ya no están aquí con nosotros”, compartió Melquiades Martínez. habitante de Huitziltepec, para los micrófonos de Fuerza Informativa Azteca. Ya
Así se vive el Día de Muertos en Huitziltepec, Guerrero
Al caer el atardecer, las calles de Huitziltepec se pintan de color naranja, trazando el sendero que guiará a las almas desde la iglesia hasta sus altares, ubicados en el panteón de la región en donde los esperas familiares y amigos.
Con flores y con el corazón en la mano, los vivos también se dirigen a la cita que han esperado durante todo un año, cumpliendo con la tradición de reunirse con sus muertos por una noche.
“Vine con mi nuera, mi sobrina y mi nieta, venimos a prender las velas este, recordamos a nuestros seres queridos que ya nos dejaron que ya no están en esta vida. (...) Según la creencia si ellos están aquí, según dicen también les dan permiso que vienen a dar la vuelta que nos vienen a ver, que como estamos, todo eso”, contó Vicenta Baltazar, quien asistió a prenderle unas cuantas velas a la tumba de su madre.
Huitziltepec: El santuario de Guerrero en el que cada vela se convierte en un recuerdo
El Día de Muertos en Huitziltepec se vive de una manera distinta pero llena de amor, una tradición en la que cada vela representa un recuerdo con aquella persona que partió del plano terrenal, un reencuentro con aquellos que amamos y extrañamos.
Durante estas fechas, la región de Guerrero se convierte en un santuario lleno de memoria, tradición y amor.