Los traficantes, impulsados por el afán de maximizar ganancias y encadenar a más víctimas a la adicción, están adulterando sistemáticamente la cocaína con fentanilo. Este opioide sintético, se convierte ahora en el ingrediente de una nueva mezcla, a veces referida en las calles como un “súper speedball”.
No se trata de un error de cálculo o una contaminación accidental; es una táctica deliberada, una estrategia comercial que está disparando todas las alarmas de la Administración para el Control de Drogas (DEA) de Estados Unidos, tal como lo revela su Informe Nacional de Amenaza de Drogas 2025 (NDTA 2025).
The mixing of illicit substances is becoming more common. Recent data from the National Forensic Laboratory Information System indicated 1 in 4 submissions of #cocaine included #fentanyl. Learn more in #DEA's 2025 National Drug Threat Assessment: https://t.co/vxrkh2H0TY pic.twitter.com/fJKIqtA0og
— DEAStLouis (@DEASTLOUISDiv) May 17, 2025
La agencia federal advierte con urgencia que esta práctica letal se ha diseminado a lo largo de toda la cadena de suministro, desde los laboratorios de producción en México hasta las esquinas de distribución a nivel de calle en Estados Unidos.
La cocaína ya no es “pura": el fentanilo, un asesino oculto
Durante décadas, la cocaína se convirtió en una de las drogas favoritas en el mercado ilícito, asociada con una euforia estimulante.
Sin embargo, el panorama actual ha sufrido una mutación. El informe de la DEA subraya una “creciente preocupación de seguridad pública” ante la proliferación de la cocaína adulterada con fentanilo.
Los análisis de laboratorio son alarmantes: según datos del Sistema Nacional de Información de Laboratorios Forenses (NFLIS), citados en el NDTA 2025, más de una cuarta parte (superando el 25%) de todas las muestras de cocaína sometidas a análisis forense en 2024 contenían fentanilo o compuestos relacionados con el fentanilo.

Esta estadística implica que un número cada vez mayor de consumidores, muchos sin la más mínima sospecha, están ingiriendo una combinación que puede ser mortalmente sinérgica.
La DEA señala que, si bien la mezcla accidental podría ocurrir, las Organizaciones de Tráfico de Drogas (DTOs) en Estados Unidos están, en muchos casos, “adulterando intencionalmente la cocaína con fentanilo para crear un ‘súper speedball’ o para aumentar las cualidades adictivas de la cocaína con el fin de obtener mayores ganancias”.
Esta estrategia comercial ignora el riesgo letal al que exponen a sus “clientes”. El informe en su página 26 también menciona que la mezcla de drogas es “la nueva norma”, indetectable sin análisis de laboratorio. Aunque la adulteración puede ocurrir en cualquier eslabón, la DEA sugiere que “la mayoría de las mezclas probablemente se crean a nivel de distribución porque los traficantes locales conocen las preferencias de sus usuarios”, adaptando al gusto local.
La fisiología del “Súper Speedball”
La combinación de un estimulante como la cocaína con un depresor opioide ultrapotente como el fentanilo crea un cóctel farmacológico de extrema peligrosidad.
El término “speedball” tradicionalmente se refería a la mezcla de cocaína con heroína. La adición de fentanilo, hasta 50 veces más potente que la heroína, eleva el riesgo a un nivel superior.

Los efectos combinados pueden enmascarar los síntomas de una sobredosis de opioides, llevando al usuario a consumir más o a no reconocer las señales de alarma. Alternativamente, la potencia del fentanilo puede desencadenar una depresión respiratoria rápida y fulminante.
El corazón y el sistema respiratorio son sometidos a un estrés extremo hasta que, con demasiada frecuencia, colapsan.
El NDTA 2025 evidencia que la gran mayoría de las muertes relacionadas con la cocaína involucran el co-uso de opioides sintéticos (generalmente fentanilo).
Aunque las muertes por sobredosis de cocaína disminuyeron un 25% hasta octubre de 2024 (registrando 22,678 muertes), la presencia de fentanilo en el suministro de cocaína sigue siendo un factor crítico que mantiene estas cifras en niveles trágicamente altos. Cada dosis podría ser la última si está contaminada con este opioide.

La cadena de suministro contaminada: una droga que viaja desde México
La DEA señala que la adulteración puede ocurrir en múltiples puntos de la cadena de suministro. Si bien los traficantes a nivel de calle en EU son responsables de muchas mezclas, no se descarta que la contaminación comience antes.
Los cárteles mexicanos, principales proveedores de cocaína y productores masivos de fentanilo, poseen la capacidad para realizar estas mezclas a gran escala si lo consideran beneficioso. Esto podría ser para crear una demanda más fuerte o para utilizar el fentanilo, más barato de producir, como adulterante.
El informe de la DEA confirma, “la mezcla de drogas ocurre a lo largo de la corriente de suministro, desde la producción en México hasta la distribución a nivel de calle en los Estados Unidos”.