Cada año, entre los meses de julio y agosto, el término “canícula” inunda las conversaciones, presentándose como el periodo más caluroso del verano. Sin embargo, ¿qué tan preciso es este concepto y cómo se alinea con la realidad climática de México?
El Dr. Víctor Manuel Torres, investigador del Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático de la UNAM, busca aclarar esta confusión, explica que la canícula es un término que, en la actualidad, se utiliza de manera inexacta en muchos contextos.
La canícula es malinterpretada; se refiere a la sequía de medio verano, no a un calor uniforme
El fenómeno al que popularmente se le llama canícula es, para los meteorólogos, la sequía de medio verano. Este periodo ocurre típicamente entre julio y agosto y es resultado de una combinación de factores climáticos. Entre sus causas se incluyen las temperaturas del océano Pacífico nororiental, la intensidad de la radiación solar y la circulación de vientos entre el Caribe y el Pacífico.
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Estos elementos contribuyen a un aumento de la temperatura de entre 3 y 5 grados Celsius y a una notable disminución en las precipitaciones, una fase que generalmente dura alrededor de 15 días.
Mitos y realidades de la canícula
A pesar de la creencia popular de que la canícula se extiende por 40 días, esta cifra no es exacta ni aplicable a todas las regiones. Desde una perspectiva puramente climática, el Dr. Torres enfatiza que se trata de una variación estacional esperada dentro del clima tropical.
¿Qué es y cuándo inicia la canícula en México?
Lo que realmente sucede en diversas regiones del país es un fenómeno climático predecible y específico: la sequía de medio verano. El experto subraya que, por ejemplo, en las zonas tropicales del sureste mexicano, lo que ocurre es una pausa en las lluvias, no una canícula generalizada que abarque todo el territorio nacional.
México y su diversidad climática: No hay una sola canícula
Es fundamental entender que México, con su vasta diversidad climática, no experimenta una única “canícula” uniforme en todo su territorio. El investigador de la UNAM señala que en muchas regiones del norte del país, el calor más extremo se presenta entre abril y mayo, y puede extenderse por varios meses debido a su clima desértico inherente.
Por otro lado, en áreas tropicales como el sureste mexicano, sí se observa un fenómeno que a menudo se confunde con la canícula: un lapso en el que las lluvias disminuyen, acompañado de un ligero incremento en las temperaturas. Esta distinción es vital para una comprensión precisa del clima.
Recomendaciones ante la canícula
Aunque la sequía de medio verano no representa el periodo más caluroso del año para todo el país, el especialista ofrece recomendaciones prácticas para la población. Sugiere el uso de sombrero o paraguas, la aplicación constante de protector solar, una hidratación adecuada y evitar la exposición prolongada al sol.
El Dr. Torres también señala que esta fase climática puede impactar la agricultura y la ganadería, por lo que resulta crucial asegurar reservas de agua en las regiones más vulnerables.