En pleno verano australiano, nueve playas de Sídney, Australia , incluyendo la famosa Manly Beach, fueron cerradas y evacuadas el martes 14 de enero debido a la aparición de pequeñas bolas blancas y grises de residuos en sus costas. Este fenómeno ha generado preocupación tanto entre los turistas como entre los residentes locales, especialmente porque ocurre en el punto más alto de la temporada vacacional . Pero ¿qué son y por qué son peligrosas?
Autoridades de Australia ya están limpiando las playas
El Northern Beaches Council, responsable de la gestión de las playas afectadas, emitió un comunicado señalando que ya se están llevando a cabo trabajos para eliminar de manera segura estos desechos.
La mayoría de las bolas encontradas tienen el tamaño de canicas, aunque algunas son más grandes, lo que ha dificultado su limpieza inmediata.
¿De qué están hechas las bolitas encontradas en las playas de Australia?
Este no es el primer incidente de este tipo. En octubre pasado, playas icónicas como Bondi Beach, ubicada al este del centro de Sídney, también fueron cerradas debido a la aparición de miles de bolas negras en sus costas.
Una investigación posterior determinó que estas bolas estaban compuestas por ácidos grasos y otros químicos asociados a productos cosméticos, de limpieza, restos de alimentos y materiales provenientes de aguas residuales.
El incidente pone en evidencia los problemas de contaminación que enfrentan las playas de Australia, un destino turístico conocido por su belleza natural y su biodiversidad. Este tipo de residuos, aunque aparentemente inofensivos, son un recordatorio de cómo el manejo inadecuado de desechos puede impactar directamente en el medio ambiente y, en este caso, en los ecosistemas marinos.
Impacto en el turismo y el medio ambiente en Australia
El cierre de estas playas afecta no solo a los bañistas y turistas, sino también a la economía local. Las playas en Australia, especialmente en Sídney, son uno de los mayores atractivos turísticos del país.
Además, la acumulación de residuos pone en riesgo la flora y fauna marina, desde peces hasta aves y tortugas que podrían ingerir estos materiales.
