Lo que debía ser un tranquilo paseo sobre la región de Frisia, al norte de Países Bajos, terminó en una de las peores tragedias de la aviación aerostática del país. Una persona ha muerto y otras cinco han resultado heridas de gravedad después de que el globo en el que viajaban, con 34 ocupantes a bordo, volcara violentamente durante la maniobra de aterrizaje este miércoles.
Una súbita ráfaga de viento es la principal hipótesis de un siniestro que ha abierto una investigación oficial y ha puesto el foco en la seguridad de esta popular actividad turística.
Un aterrizaje convertido en pesadilla
Según el relato de la Real Asociación Aeronáutica de Países Bajos, el descenso del globo se desarrollaba con normalidad. Sin embargo, cuando la cesta estaba a punto de tocar tierra, una violenta ráfaga de viento desestabilizó la aeronave por completo. El globo ganó velocidad horizontal, provocando que la cesta volcara y rebotara varias veces contra el suelo.
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— Wereldnieuws Online (@wereldnieuwsonl) August 14, 2025
La fuerza del impacto fue tal que varios pasajeros salieron despedidos. Los equipos de emergencia que acudieron al lugar no pudieron hacer nada por salvar la vida de uno de los ocupantes, que falleció en el lugar a pesar de los intentos de reanimación.
Otros cinco pasajeros fueron trasladados a hospitales, tres de ellos en estado crítico. Las autoridades de Frisia han iniciado una investigación exhaustiva para determinar las causas exactas, analizando factores como las condiciones meteorológicas, que registraron rachas de hasta 31 kilómetros por hora en el momento del accidente.
La seguridad en entredicho
Aunque los accidentes de globo son infrecuentes, la tragedia de Frisia se suma a un historial de siniestros catastróficos que han puesto en entredicho la regulación de esta actividad a nivel mundial.
El más mortífero de la historia moderna ocurrió en Luxor, Egipto, en 2013, cuando un incendio a bordo provocó que el globo se desplomara desde 300 metros de altura, causando la muerte de 19 de los 21 ocupantes. Otro de los accidentes más graves tuvo lugar en Lockhart, Texas, en 2016, donde 16 personas fallecieron después de que la aeronave chocara contra unos cables de alta tensión.
Estos precedentes demuestran que, aunque se considera una forma de vuelo segura, factores como los cambios meteorológicos repentinos, los errores humanos o el contacto con obstáculos en tierra pueden desencadenar consecuencias fatales.
Hoe gevaarlijk is een ritje in een luchtballon? ’Weer blijft lastig te voorspellen’ https://t.co/wmeNf0BEDp
— De Telegraaf (@telegraaf) August 14, 2025