Llegar a nuestro hogar no solo significa el reencuentro con nuestra familia o con nuestra soledad, sino que es el lugar en donde renovamos nuestras energías. Esta representa para el Feng Shui nuestro mundo interior por lo que debe tener armonía y, para que eso ocurra, es necesario equilibrar las energías Yin y Yang.
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Desde hace más de tres mil años, el Feng Shui se ha instalado a nivel mundial entre las creencias que más personas suma como adeptos. Todo con base en su filosofía que invita a equilibrar energías dentro de nuestra casa, permitir que estas fluyan libremente y conseguir así cierto bienestar.
¿Tu casa es Yin o Yang? Esto dice el Feng Shui
Expertos en Feng Shui afirman que los desequilibrios energéticos dentro del hogar pueden percibirse a través de sensaciones, que pueden ser sutiles pero fáciles de percibir. Si al ingresar a tu casa percibes un ambiente “denso”, puede ser una señal de que existe un exceso de la energía Yin. El exceso de energía Yin también se puede percibir ante el desorden, la suciedad, el olor a encierro, la humedad y las penumbras.
Cuando por otro lado nos encontramos con un hogar en donde abundan los colores chillones, hay objetos apilados y el ambiente genera nerviosismo, se trata de señales de que la energía Yang está excedida. Cuando esta energía abunda, el ambiente es caluroso y las personas pierden la calma fácilmente.
¿Cómo equilibrar energías en el hogar?
Ya que el principal eje del Feng Shui es la búsqueda de la armonía, para conseguirlo es necesario equilibrar las energías Yin y Yang. Es por eso que esta filosofía aconseja prestar sumamente atención a los detalles dentro de nuestro hogar.
Por lo tanto, será necesario ponerse manos a la obra y emprender un reordenamiento de nuestros espacios, procurando una limpieza profunda y mejorando la decoración. Utilizar elementos de la naturaleza ayuda a atraer energías limpias y positivas, pero también debemos deshacernos de objetos que estén dañados y ventilar muy bien nuestra casa. La clave estará siempre en lograr un ambiente acogedor, que no esté sobrecargado y que transmita paz.