En el pasado, se solía creer que las mujeres solo podían llevar el cabello largo y los hombres el pelo corto. Y aunque este pensamiento ha ido perdiendo vigencia, todavía hay quienes consideran que este estilo tiene un significado especial desde la psicología.
Al respecto, se ha profundizado sobre la idea de que una cabellera kilométrica hace que una mujer sea más atractiva automáticamente, o que al menos así se le perciba de entre las demás.
En este sentido, expertos de Psychology Today mencionan que este rasgo físico corresponde a la estructura social establecida para la sexualidad, de modo que cumple con un punto para ser vistas lo “suficientemente femeninas” de lo que se espera y responder a las exigencias que permanecen para proyectar cierto aire de “fertilidad”.

Sin embargo, más allá de ser una teoría que realmente nunca ha sido comprobada, especialistas aclaran que realmente no existen sustentos biológicos para considerar que el cabello largo hace que una mujer se vuelva más atractiva. Esto al considerar que no es un rasgo exclusivo de este sexo, ya que realmente si un hombre decide dejar crecer su melena, lo hará de igual manera, puesto que no existen realmente diferencias suficientes en este proceso.
¿Por qué los hombres ven el cabello largo como algo atractivo?
Existe una creencia sobre cómo, aparentemente, las melenas abundantes resultan mucho más llamativas para los hombres y suelen fijarse en esto al momento del cortejo o coqueteo previo a un romance. Respecto a este parámetro, sí podría existir cierta preferencia ante este las mujeres con este físico, que para la psicología vendría de los estereotipos impuestos como ideales.

Y es que el pelo largo suele ser relacionado con rasgos como feminidad, honestidad, cariño y emotividad, según explica un artículo de Review Psychology.
Asimismo, hay quienes perciben un peinado kilométrico como sinónimo de salud y dedicación, pues al tener todos los cuidados para verlo radiante serían una forma de proyectar fertilidad.
¡Aguas! ¿Envidia ‘de la buena’ o simplemente envidia? El psicólogo Román Hernández