Subirse a un avión puede generar algunas molestias físicas: oídos tapados, piernas pesadas y, en muchos casos, malestar estomacal. Los cambios de presión y el movimiento del vuelo afectan la digestión, por eso los alimentos que elijas antes de despegar pueden marcar la diferencia entre un viaje tranquilo o uno incómodo.
Para prevenir esas incomodidades, los especialistas aconsejan cuidar la dieta antes y durante el trayecto. Algunos productos conviene dejarlos fuera del menú, ya que pueden provocar inflamación, gases o acidez mientras estás en el aire.
¿Qué alimentos no comer antes de viajar en avión?
Antes de subirte al avión, elegir bien qué comer puede ahorrarte molestias. Según El Mundo estos son cinco alimentos que conviene evitar si quieres un vuelo tranquilo.
1. Legumbres
Aunque son muy nutritivas y llenas de fibra, las legumbres como frijoles, garbanzos o lentejas pueden causar gases y distensión abdominal durante el vuelo.
La combinación del aire presurizado y la digestión lenta hace que puedan generarte incomodidad. Mejor disfrutarlas cuando estés en tierra firme, antes o después del viaje.
2. Comidas fritas o muy grasosas
Hamburguesas, papas fritas, empanizados y alimentos con mucho aceite son una verdadera bomba para el estómago en pleno vuelo.
La digestión se vuelve más pesada y puede provocarte sensación de pesadez, acidez e incluso sueño incómodo en tu asiento. Optar por comidas ligeras ayuda a sentirte más cómodo y activo.
3. Bebidas gaseosas
Aunque parezcan inofensivas, las burbujas de los refrescos o aguas carbonatadas se expanden con los cambios de presión en el avión.
Esto puede generar hinchazón, eructos constantes y sensación de incomodidad, especialmente en vuelos largos. Lo mejor es beber agua, jugos naturales o infusiones suaves.
4. Brócoli y coliflor
Estos vegetales son muy saludables, pero al digerirse liberan gases que pueden incomodarte en un espacio reducido como el avión.
Aunque son excelentes para tu dieta diaria, conviene evitarlos justo antes de despegar para no pasar un vuelo incómodo y con sensación de estómago pesado.
5. Café o alcohol
El café y las bebidas alcohólicas deshidratan y alteran el sueño, lo que puede dejarte más cansado y con malestar general durante el vuelo.
Si el viaje es largo, conviene sustituirlos por agua, infusiones suaves o jugos naturales, así tu cuerpo se mantiene hidratado y cómodo mientras viajas.
¿Qué alimentos sí se pueden comer para subir al avión?
Antes de subir al avión, lo ideal es optar por comidas ligeras que no sobrecarguen tu estómago. Según Directo al Paladar, las frutas frescas como manzana, pera o plátano son perfectas: fáciles de digerir, nutritivas y refrescantes, además de darte energía sin sensación de pesadez.
Los frutos secos en pequeñas cantidades también son aliados. Almendras, nueces o pistaches te ayudan a mantenerte satisfecho y aportan grasas saludables y proteína, sin provocar inflamación ni malestar estomacal durante el vuelo.
Los sándwiches sencillos o wraps con ingredientes suaves, como pavo, pollo o verduras cocidas, son otra buena opción. Evita salsas muy pesadas o condimentos picantes para no alterar tu digestión en pleno vuelo.
Y no olvides la hidratación: agua, jugos naturales o infusiones suaves ayudan a mantenerte fresco y cómodo durante el trayecto. Evitar bebidas gaseosas o con exceso de azúcar hará que tu experiencia en el avión sea mucho más agradable.
¿Cuántas horas antes del vuelo se deben ingerir alimentos?
Lo ideal es comer con cierta anticipación antes de abordar un avión para evitar molestias durante el vuelo. Los especialistas recomiendan ingerir alimentos al menos 2 a 3 horas antes de despegar, ya que esto le da tiempo al estómago para iniciar la digestión y reduce la sensación de pesadez o malestar durante el trayecto.
Por eso, comer con tiempo también ayuda a que el cuerpo se adapte mejor a los cambios de presión y a la falta de movimiento que se experimenta en la cabina, evitando problemas como acidez o sensación de hinchazón.
Otro punto importante es que comer demasiado cerca de la hora de embarque puede alterar tu energía durante el vuelo.
Un estómago pesado puede generar somnolencia, incomodidad e incluso náuseas, mientras que un consumo bien planificado permite que te sientas más ligero, activo y con menos riesgo de molestias gastrointestinales.