Vida Migrante: Otoniel y Evans nos muestran cómo viven y trabajan miles de haitianos en Tijuana
Mientras esperan su turno para conseguir asilo en Estados Unidos, miles de haitianos y haitianas sobreviven del comercio en la zona norte de Tijuana.
Otoniel Martínez está en la ciudad fronteriza de Tijuana, Baja California, para ver y atestiguar lo que está sucediendo con miles de haitianas y haitianos que viven allá temporalmente mientras esperan su turno para obtener asilo en Estados Unidos.
En su recorrido, Otoniel se encontró con Evans, un haitiano de 52 años que se ha vuelto muy conocido por aquellos lugares debido a que vende tamales oaxaqueños, pues desde que llegó a México en 2019, fue una de las primeras cosas que aprendió a hacer y que ahora son su fuente principal para ganarse la vida.
Es como caminar por Puerto Príncipe
Mientras comienzan a recorrer la zona con varios comercios ambulantes , Otoniel comenta a Evas que se siente como caminar en Puerto Príncipe, debido a que están en una zona norte de Tijuana, donde hay una gran concentración de personas provenientes de Haití. Es una especie de mercado en el cual haitianos y haitianas venden productos y ofrecen algunos servicios.
Y aunque también hay mexicanos en la zona, se puede observar que muchos migrantes haitianos tienen sus puestos en donde venden desde zapatos, productos de limpieza y alimentos, hasta servicios de cortes de cabello.
Evans comenta que sabe hacer tamales oaxaqueños de salsa verde, de mole, rajas con queso. Además, dice que los vende mientras baila salsa.
Entre los alimentos que venden los migrantes y que más consumen son el frijol negro y el arroz, así como el frijol del congo, el cual acostumbran comer mucho en diciembre como platillo navideño, además de que lo acompañan de arroz.
Otro alimento muy famoso entre los paisanos de Evans es el maíz pilado, con el cual hacen la comida típica haitiana. También consumen una especia de arenque disecado y ahumado, del cual normalmente cortan algunos pedazos para meterlos en el arroz y que le dé un sabor rico.
Las pelucas no podían faltar, pues las haitianas usan muchas de estas. Evans comenta que un día las ves con una peluca, y otro día con otra, pues es el estilo de vida que les gusta llevar.
Por último, Otoniel pide a Evans mandar un mensaje a los mexicanos por parte de los haitianos y haitianas que viven en nuestro país:
“Bueno, muchas gracias por recibirnos, por abrazarnos, y los que no nos entienden que nos tengan un poquito de paciencia… ¿Sabes que muchos mexicanos lo que no les gustan de los haitianos?, que el haitiano pide rebaja para todo...”.
Otoniel le responde que el mexicano también es así, y Evans, entre risas, dice: ¿También? ¿Por qué se molestan?