No es tan raro que osos entren a casas en las zonas boscosas, pero este animal no se esperaba que fuera ahuyentado por un perro casero en Los Ángeles, California, Estados Unidos.
Y es que en la ciudad de Monrovia, un oso negro entró a varias casas, nadó en sus albercas y hasta saqueó congeladores, lo que causó alarma y momentos graciosos en los residentes. No obstante, un perro llamado Doodle lo enfrentó.
VIDEO: Así es como el perro Doodle enfrentó a un temible oso negro
El momento más tenso ocurrió por la noche del sábado 14 de junio de 2025 dentro de la casa de Zoe Cadman, cuando la cámara de seguridad captó el instante en que Doodle tuvo un encuentro cara a cara con el oso en la sala.
A pesar de los ladridos persistentes de Doodle para ahuyentar al oso, este no mostró signo alguno de intimidación. Incluso cuando Zoe gritó para espantarlo, el oso permaneció impasible y finalmente se retiró tras recorrer pacíficamente la propiedad.
Las autoridades del Departamento de Pesca y Vida Salvaje de California recomendaron a los residentes no dejar basura ni comida al alcance de los osos para evitar más visitas indeseadas. Además, instaron a mantener puertas y ventanas bien cerradas. Steve Gonzalez, representante del departamento, comentó a la cadena CNN que de persistir las apariciones, usarán tranquilizantes para reubicar al oso en un área más adecuada, lejos de zonas urbanas.
No es la primera visita del oso negro en Los Ángeles
Antes de entrar a dicha casa, otros residentes recibieron la visita del mismo oso negro. Alice Atkins contó a la cadena CNN cómo el animal tenía las patas delanteras sobre una silla y las traseras en el marco de una ventana, mientras abría el congelador y devoraba tocino y hasta una pizza sin gluten: “Arruinó una pizza perfectamente buena”, comentó Alice de forma divertida.
Otra vecina, Abbie Cornett, aseguró que el oso llegó hasta su cocina, donde intentaron ahuyentarlo al golpear ollas y sartenes, pero el animal simplemente continuó comiendo y permaneció inmóvil hasta la llegada de la policía. Los oficiales intentaron ahuyentar al oso usando balas de goma, pero la dueña terminó usando trapos con amoníaco para que el oso finalmente abandonara la vivienda debido al fuerte olor.