Este viernes el Papa Francisco mandó un fuerte mensaje sobre la necesidad de aumentar la natalidad y favorecer la formación de familias. También criticó a las industrias armamentísticas y de anticonceptivos por destruir e impedir la vida.
Esto sucedió en el evento de Estados Generales de Natalidad en Roma, Italia, donde apareció en silla de ruedas y rodeado de niñas y niños. Se dirigió a ministros, empresarios, intelectuales, periodistas, deportistas y jóvenes que asistieron al recinto.
La natalidad no es el problema del mundo
El Papa abrió su discurso asegurando que el problema del mundo no es la natalidad, pues a pesar de que en el pasado numerosos estudios y teorías colocaban a los nacimientos como la raíz de los desequilibrios del planeta, la realidad es que estos no son los culpables de la contaminación, ni del hambre y de la falta de recursos.
“El problema... son las opciones de quienes solo piensan en sí mismos, el delirio de un materialismo desenfrenado, ciego y rampante, de un consumismo que, como un virus maligno, erosiona de raíz la existencia de las personas y de la sociedad”.
El número de nacimientos es el primer indicador de la esperanza de un pueblo. Sin niños y jóvenes, un país pierde su deseo de futuro.
— Papa Francisco (@Pontifex_es) May 10, 2024
En contra de las armas y los anticonceptivos
El sumo Pontífice abogó porque las nuevas generaciones gocen de condiciones propicias para alcanzar sus sueños. Por ello, exhortó a generar políticas más serias y eficaces a favor de la familia, y puso de ejemplo el no tener que poner a una madre en la situación de elegir entre el cuidado de sus hijos o el trabajo.
Destacó también lo que un estudioso de la demografía le dijo sobre que las inversiones que actualmente generan más ingresos son la fabricación de armas y de anticonceptivos, “una destruye la vida, la otra impide la vida”.
“No faltan perros y gatos, faltan hijos”
Respecto al “verdadero problema del mundo”, el Papa Francisco criticó el tipo de mundo que estamos construyendo, pues cuántos niños hay en el mundo no es el problema, sino el egoísmo, que crea injusticias y estructuras de pecado que derivan en interdependencias perjudiciales para los sistemas sociales, políticos y económicos.
Luego acusó al egoísmo de hacernos acumular tantos bienes sin saber hacer el bien. Continuó la crítica y mencionó que “los hogares se llenan de objetos y se vacían de niños para convertirse en lugares tristes. No faltan perritos, gatos… estos no faltan. Faltan niños”.
La natalidad es la esperanza de un país
“Sin niños y jóvenes, un país pierde su deseo de futuro”, afirma el sumo pontífice mientras pone de ejemplo a Italia, donde la edad promedio de su población es de 47 años respecto a otros países centroeuropeos que registran una media de 24 años.
En este punto recalcó que los números van hacia atrás y Europa se está convirtiendo progresivamente en “un continente cansado y resignado, tan ocupado en exorcizar la soledad y la angustia que ya no sabe saborear, en la civilización del don, la verdadera belleza de la vida”.
Políticas con visión hacia un futuro digno
El Papa propone la creación de políticas que miren hacia el futuro y ayuden a las familias, madres y parejas jóvenes a salir de la precariedad laboral y también ofrezcan posibilidades de comprar una casa.
Siguiendo esta línea, también exhorta a promover una cultura de la generosidad y de solidaridad intergeneracional, donde se abandone lo superfluo y se adopten nuevos hábitos y estilos de vida que tomen en cuenta a los abuelos y abuelas.
Esto ya que en la actualidad hay una cultura en la que los abuelos son relegados a los asilos o a no ser tomados en cuenta. Sobre esto, el sumo pontífice afirma que “el futuro lo hacen los jóvenes y los viejos, juntos; el coraje y la memoria, juntos”.