Sonia y Carlos León son los pilates de una familia originaria de Michoacán, pero que vivieron en Estados Unidos y aunque entraron legalmente al país mediante una cita de asilo, los rumores de las deportaciones masivas, además de la expulsión de un vecino, encendieron sus alarmas.

Después de siete meses viviendo en Glendale, Arizona, Sonia León era trabajadora doméstica y Carlos trabajaba como jardinero, mientras que sus hijos, Naomi y Carlos, comenzaban a adaptarse al “sueño americano”.

¿Por qué decidieron autodeportarse y regresar a México?

Con el miedo a las deportaciones de Trump, y el consejo de un abogado del consulado que consideró su caso “débil”, la familia León tomó la drástica decisión de regresar voluntariamente a México.

Cabe decir que esto sucedió a tan solo días antes de la toma de posesión de Trump, y durante la jornada del 19 de enero, repletos de esperanza se subieron a su camioneta con sus maletas, y todos sus ahorros, pero en el cruce fronterizo de Nogales, todo se derrumbó.

Se autodeportaron a México: Aduana les quitó todo

Conforme al reporte de la agencia Reuters, las autoridades mexicanas les confiscaron la camioneta y todo el dinero que llevaban consigo; esto bajo el argumento de que no podían comprobar la propiedad del vehículo, acusándolos de contrabando.

Sonia, Carlos y sus hijos se quedaron varados, sin transporte ni recursos, y en una ciudad que ya no sentían propia. Gracias a organizaciones como Voces de la Frontera y Salvavisión, lograron llegar hasta su ciudad natal: Uruapan, en el estado de Michoacán, azotada por la violencia del crimen organizado.

¡Víctimas de Trump! Sonia y Carlos pasaron del sueño americano a sobrevivir con lo mínimo

¡De vivir el sueño americano a sobrevivir en México! En la actualidad, la familia León vive hacinada en una sola habitación y en casa de la madre de Sonia. Ahora Carlos trabaja como recolector de basura, mientras que Sonia cuida a su hijo menor; respecto de los hijos, dicen que extrañan su vida en Arizona y ahora la familia lucha para sobrevivir.

A pesar de haber trabajado de manera honrada en Estados Unidos, perdieron todo en cuestión de horas. Por ahora se encuentran a la espera de recuperar su camioneta, que cuenta con multas e impuestos imposibles de pagar, su historia refleja el lado humano de la migración forzada y las decisiones desesperadas.