Durante la marcha del sábado, volvió a aparecer el llamado bloque negro, actuando bajo la fórmula ya conocida: infiltrar, provocar y reventar.

Los disturbios registrados —captados en múltiples fragmentos de audio ambiente— mostraron agresiones, rupturas de filas y acciones violentas que contrastaron con el carácter pacífico del resto de los contingentes.

No se trata de un episodio aislado. Diversos especialistas han señalado que este tipo de grupos suelen operar para distorsionar el sentido de las manifestaciones y generar percepciones negativas hacia quienes expresan demandas legítimas.

La especialista en sociología criminal María del Carmen Cendón explicó: “Estos grupos se colocan en el frente para hacer ruido como forma de protesta y como que hacerles creer o conocer que las personas que vienen detrás de ellos, vienen en choque, vienen golpeando, vienen fuerte, están con ellos…”.

Violencia que busca desacreditar movimientos

El doctor en Ciencia Política por la UNAM, Francisco Javier Jiménez Ruiz, destacó que la presencia del bloque negro tiene efectos claros sobre la opinión pública: “La acción del bloque negro es desprestigiar a los grandes grupos que se manifiestan, dos: también desprestigiar el conjunto de demandas que se llevan a cabo…”.

Los expertos coinciden en que estas tácticas no solo distorsionan el mensaje de las marchas, sino que además permiten al Gobierno construir narrativas que restan legitimidad a las movilizaciones sociales.

El Gobierno capitalino politiza la violencia

En su comunicado oficial, el Gobierno de la Ciudad de México atribuyó la violencia registrada a “grupos de derecha”, colocándole de inmediato una etiqueta política a la movilización y sin distinguir entre los encapuchados violentos y la mayoría de manifestantes pacíficos.

El politólogo Alfredo Brambila cuestionó esta postura: “Emiten un comunicado donde vierten toda su fantasía ideológica, llamando ataque de derechas, también deslegitimando desde esa posición ideológica a aquellos que tienen una inconformidad…”.

Policía entre la pasividad obligada y la fuerza selectiva

Más allá de la lectura política, los elementos policiales también quedan atrapados en un ciclo complejo. En algunos casos, como el 2 de octubre de 2025, reciben la orden de mantenerse inmóviles ante agresiones directas, aun cuando los ataques escalan.

En otros momentos, cuando al régimen le urge demostrar “mano dura”, son ellos quienes ejecutan acciones de contención que derivan en confrontaciones con civiles, como ocurrió este sábado.