El Mar de Aral, desastre ambiental que dejó a miles de sobrevivientes

Cerca de 1.5 millones de personas vivían cerca del Mar de Aral, sin embargo, desde que se secó la zona es casi inhabitable y la salinidad causa malas condiciones para habitar cerca de ahí.

Notas
Mundo

Escrito por: Héctor Muciño

Con información de: Agencias

Mar de Aral Getty Images
El Mar de Aral se convirtió en un cementerio de barcos. | Getty Images

Localizado al oeste de Uzbekistán, el Mar de Aral era el cuarto lago más grande de todo el mundo, sin embargo, desde hace sesenta años se preveía que en algún momento podría secarse.

Este suceso fue llamado como “el peor desastre ambiental” por la Organización Mundial de la Salud (OMS), pues no es solo que la fauna haya desaparecido, sino que el suelo quedó tan lleno de sal que incluso ahora es imposible cultivar alimentos. Las personas que aún viven cerca no solo sufren de hambre, sino de problemas graves en su salud.

¿Qué fue lo que provocó que el Mar de Aral se secara?

Desde la década de 1960 la entonces URSS desvió los ríos que desembocaban aquí para producir algodón en campos cercanos; ocasionando una interrupción en el cauce del agua y el mar dejó de rellenarse.

Pese a que las repercusiones eran notorias, este cuerpo de agua comenzó a evaporarse rápidamente y los niveles cayeron en picada, lo que fue dejando un suelo cada vez más salino y nada fértil. La Fundación “We Are Water” especifica que el Mar de Aral se ha reducido 60% de su superficie y en un 80% de su volumen.

Además, el cambio climático ha apresurado la desertificación pues lo que queda de la cuenca de Aral experimenta dos grados centígrados más en su temperatura, provocando un aire seco y un ambiente caluroso.

De acuerdo a estudio realizado por la Fundación Aquaue , ubicada en España, informó que esto ha ocasionado que enfermedades como cáncer, hepatitis y complicaciones respiratorias aumentaran entre los habitantes; actualmente solo quedan menos de 100 mil personas habitando ahí.

Mar de Aral Reuters
Los campos se volvieron infértiles por la sal que dejó el Mar de Aral | Crédito: Reuters

Un plan para rescatar un mar perdido

De acuerdo con National Geographic, el gobierno uzbeko se encuentra en charlas para poder rescatar lo que era este inmenso mar interno y se busca su recuperación con el programa SATREPS (Science and Technology Research Partnership for Sustainable Development) promovido por el gobierno japonés.

SATREPS busca adquirir nuevos conocimientos que ayuden a abordar problemáticas globales como el control de enfermedades infecciosas, medio ambiente, energía y más. En el caso del Mar de Aral su apuesta está dirigida a recuperar el ecosistema con plantas que puedan soportar las condiciones extremas en las que se encuentra.

El país parece abierto al cambio, pues el presidente de Uzbekistán, Shavkat Mirziyoyev, ha prometido flexibilizar las viejas políticas que dejó su antecesor, Islan Karimov.

Los investigadores de SATREPS están buscando la manera de cultivar productos como son: sorgo, judía mungo, amaranto e incluso variedades de trigo y cebada.

¿Y por qué es preocupante la sequía del Mar de Aral?

El Mar de Aral, en sus mejores niveles, tenía una superficie de 68 mil kilómetros cuadrados, una superficie similar al territorio de Irlanda, lo que deja en duda si esto podría ser el inicio de algo más grande.

Las investigaciones continúan y se toman constantemente imágenes vía satélite para atender esta devastación, que solo ha dejado mayor radiación solar y humedad en el suelo de la región de Aral.

Por su parte, el proyecto de Tanaka confía en que, brindando la información de forma gratuita a través del SATREPS, permitirá que agricultores puedan utilizarla para gestionar sus planes de riego en la zona. De comprobarse como un proyecto exitoso sería una gran esperanza para muchas regiones del mundo.

Una catástrofe que podría ocurrir en México y otras partes del mundo

Pese a las advertencias sobre un posible fin del agua potable en la Tierra, lugares como Valle de Bravo, Janitzio o el Lago de Chapala se encuentran ya sufriendo los estragos del cambio climático y el desmedido uso por parte de la humanidad.

En el primer caso, Valle de Bravo presenta niveles nunca antes vistos y no deja de mermar frente a las altas temperaturas y continúa encendiendo las alertas de las autoridades.

Por otra parte, la Isla de Janitzio no deja de sufrir las consecuencias de la extracción ilegal de agua, dejando sus niveles muy bajos.

Y finalmente, el Lago de Chapala para finales de este 2024 se encuentra en solo 43 por ciento de su capacidad, de acuerdo con la CONAGUA .

Es una realidad que la desestabilidad hídrica afecta a más lugares y no solamente a una región como Aral, ubicada en la no tan lejana Uzbekistán, pues proyectos como SATREPS cada vez más podrían tomar presencia por una problemática global que atenta contra este recurso indispensable para la humanidad.

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