Tras hallazgo de 11 cuerpos en Sinaloa, madre buscadora siente el peligro: “Tengo 13 amenazas de muerte”

María Cruz, fundadora del colectivo Sabuesos Guerreras, encabezó el hallazgo de ocho fosas clandestinas en Sinaloa; hoy revela en entrevista los riesgos que atraviesa y el impacto que tiene.

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Por: Carlos Alberto Pérez

María Cruz, presidenta y fundadora del colectivo Sabuesos Guerreras, denunció haber recibido 13 amenazas de muerte luego de que su grupo localizara al menos 11 cuerpos en ocho fosas clandestinas en el estado de Sinaloa. El hallazgo, ocurrido recientemente, fue producto de una búsqueda iniciada a partir de una denuncia ciudadana que, como muchas otras, fue ignorada por las autoridades.

“Nosotros íbamos por un solo cuerpo. Teníamos el reporte que nos hizo la ciudadanía, porque ya se lo habíamos reportado a las autoridades. No asistieron, no acudieron, y nunca los encuentran, pues”, declaró en entrevista con el equipo de Hechos AM, en Fuerza Informativa Azteca.

Lo que comenzó como una jornada de búsqueda más, terminó convirtiéndose en un operativo devastador: encontraron una fosa, luego otra, y en una de ellas, cinco cuerpos juntos. “Son cuerpos demasiado recientes e imagínate el olor en ese lugar. Olor a muerte. Es bastante pesado”, agregó.

Ocho años de búsqueda y dolor

María Cruz fundó Sabuesos Guerreras luego de la desaparición de su hijo, Reyes Yoshimar García Cruz, un policía municipal de Culiacán desaparecido el 26 de enero de 2017. Ella cree que su hijo fue víctima del conflicto armado entre células del crimen organizado en Sinaloa.

“Yo estoy buscando a mi hijo. Quedó entre la guerra de los Chapitos contra los Dámaso”, afirmó.

Desde entonces, su vida ha estado dedicada a buscar en terrenos baldíos, cerros y basureros, con la esperanza de encontrar a su hijo o ayudar a otras madres a encontrar a los suyos. “Tengo ocho años buscando en la nada, 24/7”, dijo.

La confianza ciudadana y el trabajo silencioso, claves para Sabuesos Guerreras

El colectivo que encabeza María Cruz se ha ganado la confianza de la ciudadanía, que recurre a ellas para denunciar la posible ubicación de fosas clandestinas, con la seguridad de que sus datos se mantendrán en el anonimato.

“La ciudadanía confía en nosotras, las madres buscadoras. Saben que tenemos un teléfono exclusivo para llamadas anónimas y saben que nunca vamos a revelar o reportar sus nombres”, explicó.

A pesar del dolor, María asegura que deben mantenerse fuertes durante las búsquedas. “Lloramos, gritamos, nos alegramos. Queremos que sea nuestro [hijo], pero a la vez no. Tenemos que tener la cabeza fría para poder controlarnos y ayudar a las familias, sobre todo con madres que recientemente han perdido a sus hijos”.

Miedo constante y amenazas de muerte

El reciente asesinato de María del Carmen Morales, madre buscadora en Tlajomulco, Jalisco, y su hijo, ha encendido las alertas en todo el país. María Cruz reconoció que el miedo está presente, pero no suficiente para detenerlas.

“Tenemos miedo... Sí tenemos fortaleza y amor por nuestros hijos, pero tampoco somos heroínas. A nosotras, si nos dicen que nuestros hijos están en el infierno, vamos a entrar por ellos, y eso nos pone en peligro”.

Actualmente, Cruz se encuentra incorporada a un mecanismo de protección federal, aunque considera que las medidas son insuficientes.

Yo tengo 13 amenazas de muerte y estoy en un mecanismo federal que me ha respondido, que me apoya con un botón de pánico, pero solo para saber mi ubicación, porque no me sirve para nada más”, denunció.

A pesar del riesgo y del abandono institucional, María y otras madres buscadoras seguirán escarbando la tierra con sus propias manos si es necesario. Para ellas, cada búsqueda representa la posibilidad de cerrar un ciclo y dar paz a familias enteras.

“Seguimos porque nadie más lo hace. Porque cada cuerpo que encontramos puede ser el hijo de alguien. Porque merecemos respuestas”, concluyó.

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