La innovación en la alimentación ha dado un nuevo paso con la creación de una tortilla nutracética por parte de investigadoras de la Universidad Autónoma de México (UNAM), el producto busca combatir la desnutrición con todos los beneficios que contiene.
La tortilla fue desarrollada en la Facultad de Estudios Superiores (FES) Cuautitlán, y combina ingredientes esenciales que contiene beneficios nutricionales, además de tener una larga conservación.
¿Tortilla contra la desnutrición?
Investigadores de la FES, han desarrollado una tortilla elaborada a base de harina de trigo, probióticos y enriquecida con ácido fólico, fibra y calcio, se trata de un alimento altamente nutritivo, con el cual, se busca combatir la desnutrición en México.
De acuerdo con los investigadores, el consumo de una sola pieza de esta tortilla equivale a tomar un vaso de leche, lo que la convierte en una opción accesible y funcional para mejorar la desnutrición en sectores vulnerables.
Su proceso de elaboración incluye un exclusivo método de fermentación que utiliza microorganismos como Streptococcus thermophilus, Lactobacillus bulgaricus, Lactobacillus plantarum y la levadura Saccharomyces cerevisiae.
La doble fermentación no solo enriquece la tortilla con probióticos y prebióticos, sino también prolonga su vida útil sin necesidad de utilizar conservadores artificiales.
Tanto el producto como la metodología está patentada desde el 2023, bajo la Coordinación de Vinculación y Transferencia Tecnológica de la UNAM.
Creadoras de la super tortilla
El proyecto está encabezado por las investigadoras Yolanda Marina Vargas Rodríguez, Raquel Gómez Pliego, Norma Guerrero Olvera y Guadalupe Iveth Vargas Rodríguez, quienes han sido reconocidas con el Premio IMPI, a la Innovación Mexicana 2024, otorgado por la Secretaria de Economía y el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI).
El galardón destaca el impacto potencial de la tortilla en la mejora de la alimentación y la salud de la población. Además de su aporte nutricional, la tortilla ofrece ventajas en términos de conservación, ya que puede mantenerse en óptimas condiciones hasta un mes a temperatura ambiente y tres meses en refrigeración.