Expertos del INAH restauran una monumental pieza prehispánica maya, el “Relieve de Placeres” que en 1968 fue sacada ilegalmente del país y llevada a Estados Unidos.
La obra, que adornaba un edificio perdido en la selva de Campeche, fue cortada en pedazos por los saqueadores y cubierta con un polímero, para poder sacarla del país en avión.
Cincuenta y cuatro años después del robo, está por concluir la tercera y última parte del proyecto de restauración, que inició hace cuatro años, para que la pieza pueda ser admirada luciendo el aspecto más cercano al que tenía al momento del saqueo.
Sergio González le da color a pieza arqueológica de la Cultura Maya
El gigantesco relieve, que mide 8.39 metros de largo por 2.48 metros de alto y pesa dos toneladas, se encuentra en la Sala Maya del Museo Nacional de Antropología (MNA) en la Ciudad de México.
El Relieve de Placeres, monumental friso que hace 54 años fue robado y cortado en #Campeche para ser vendido en #NuevaYork, ha llegado a su etapa final de restauración a cargo de especialistas del @INAHmx y la @UNAM_MX https://t.co/N6lDNqGDVR pic.twitter.com/OTneoN9sGU
— Alejandra Frausto (@alefrausto) June 6, 2022
Está hecho de estuco, una mezcla de cal y arena. Los arqueólogos calculan que pertenece al periodo Clásico Maya, entre los años 200 y 1000 de nuestra era.
Se le conoce como el “Relieve de Placeres” por la zona en la que según los expertos, pudo ser extraida por los traficantes:
“Eran edificios conocidos por lugareños, por algunos expedicionarios, pero realmente perdidos en la selva ¿no? Entonces, en este caso estaba cubierto, eran montículos cubiertos por selva, no había un edificio visible, afirma Sergio González García, restaurador perito del MNA, y coordinador del proyecto de conservación.
Joven gobernante maya
Los arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) han interpretado que representa a un joven gobernante maya, flanqueado por dos ancianos, sus ancestros, quienes le ofrecen símbolos de abundancia como agua y semillas.
En la parte inferior del friso, se aprecian elementos del inframundo.

Para poder llevarse la obra, explica González García, fue desprendida en pedazos del edificio al que estaba adosada, “la embalaron en cajas y se la llevaron a Nueva York, donde la ofrecieron al Museo Metropolitano (MET) para venderla”.
El “Relieve de Placeres” fue recuperado y devuelto a México en 1969, gracias a que Thomas Hoving, entonces director del MET, dio aviso a su colega titular del MNA, Ignacio Bernal.
Aunque es un trabajo de décadas, la restauración final inició hace cuatro años. Una labor titánica, no solo por el tamaño del friso, sino también por los daños que presentaba:
Y es que se había reensamblado sin una limpieza adecuada y con la escasa información con que se contaba en ese tiempo. Además, se retocó con colores usados a partir de los tonos que le dio el polímero, y no con los originales.
Para restaurarla, los especialistas de la Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural (CNCPC) del INAH y del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM realizaron un análisis químico de los materiales.
Al hablar del Friso de Placeres, nos quedan más preguntas que respuestas. ¿De dónde fue extraído? ¿Qué es lo que representa? ¿Dónde están los mascarones faltantes? 🤔
— INAHmx (@INAHmx) June 7, 2022
Conoce más sobre una de las obras más enigmáticas del @mna_inah: https://t.co/dFCJeHshrb#ContigoEnLaDistancia pic.twitter.com/DmjUl94PGB
Determinaron que los colores son óxidos de hierro a diferentes grados de oxidación: “tenemos un color anaranjado, el anaranjado oscuro, el negro que es negro de humo y el blanco, blanco de cal. Digamos son los materiales originales que usaron los mayas para la realización de esta pieza”, comenta a Fuerza Informativa Azteca González García.
Por fortuna, al momento de desprenderla, los saqueadores tomaron una serie de fotografías, mismas que han servido como guía para la restauración del “Relieve de Placeres”.
Otro enorme reto fue crear una estructura sólida; y es que para sacar la obra del país, que pesa dos toneladas, los ladrones la cortaron en 48 partes. Se le hizo un entramado metálico como soporte, que amenzaba con colapsar.
Esta vez se realizó una estructura que apoya cada fragmento con al menos cuatro soportes; además, la estructura es movible, lo que facilita el mantenimiento y permitirá su reacomodo para montajes museográficos.
Restauración abierta al público
Ya superado el peligro del colapso, se realizó el trabajo de limpieza para retirar el polímero. Se estima que las labores de restauración concluyan a finales de este 2022, cuando el “Relieve de Placeres” recupere totalmente sus colores:
“Este ya es el color original, que no había podido verse desde el robo ¿no? Realmente solo los ladrones pudieron ver el color original, hasta ahora que logramos limpiarlo otra vez”, añade el también experto encargado de la restauración.
Sin embargo, el público puede presenciar parte del trabajo de los restauradores y admirar la monumental pieza; pues los especialistas decidieron intervenirla a la vista de los visitantes, sin paredes de por medio:
“Aunque estamos separados por vallas y elementos de seguridad, la restauración nos brinda la oportunidad de comunicar al público el trabajo que hacemos, dado que la gente podría pensar que estamos repintando el relieve, cuando más bien le estamos devolviendo su policromía original”, concluye el restaurador.

“Es la pieza más linda que tiene este museo, que tiene maravillas, pero esto es una belleza, el colorido es fabuloso todo los detalles”, asegura Tania Venaim, una visitante del MNA.
(Con información de Rodrigo Álvarez)