La administración del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha reforzado su ofensiva contra el crimen organizado trasnacional. Esta vez, el foco está puesto en los cárteles de la droga mexicanos, a quienes su gobierno afirma estar llevando a la ruina económica gracias a una política migratoria y de seguridad fronteriza mucho más estricta.

Durante una rueda de prensa en Texas, Tom Homan, designado como zar fronterizo por Trump, aseguró que los grupos delictivos dedicados al tráfico de personas y narcóticos están sufriendo severos golpes financieros. Esto, afirmó, como resultado directo del endurecimiento en la vigilancia de la frontera sur y una estrategia más agresiva por parte de las autoridades federales.

Los cárteles se están yendo a la quiebra, y gracias a todos los esfuerzos y liderazgo del presidente Trump, vamos a borrar a los cárteles de la faz de la tierra, lo que hace más seguro no solo a este país, sino también a México.”, expresó Homan.

La declaración se produce en medio de nuevas cifras divulgadas por el Departamento de Seguridad Nacional, que reportan una caída significativa en los cruces ilegales y en las incautaciones de drogas como el fentanilo en puntos clave de la frontera con México.

¿Quién es Tom Homan, zar fronterizo de Trump?

Tom Homan es un exdirector interino del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), ampliamente conocido por su postura firme en materia migratoria. Durante el primer mandato de Trump, Homan se destacó por defender públicamente las políticas de tolerancia cero y por abogar por la construcción del muro fronterizo.

En su nueva función como zar fronterizo, Homan coordina acciones interagenciales destinadas a frenar el flujo de narcóticos, armas y migración irregular, con un enfoque particular en debilitar el poder económico de los cárteles en bancarrota.

¿Cuál es la estrategia del zar fronterizo para frenar a los cárteles?

Según declaraciones oficiales, el reforzamiento de la vigilancia incluye más agentes de patrulla fronteriza, nuevas tecnologías de detección en puntos de cruce y mayores recursos para investigar las redes de tráfico de personas.

La estrategia también contempla mayores sanciones financieras y confiscaciones de bienes a grupos criminales, lo que, de acuerdo con funcionarios de la Casa Blanca, ha generado una “crisis interna” entre las principales organizaciones delictivas del hemisferio occidental.