La historia del primer trasplante de brazos en México, una hazaña médica

Fomentar una cultura de donación de órganos es clave para seguir avanzando en estos procedimientos innovadores que marcan historia en la medicina.

Por: Rodrigo Lema, América López

El trasplante de brazos es una de las intervenciones quirúrgicas más complejas y extraordinarias en el ámbito médico. En México, este procedimiento alcanzó un hito histórico cuando Gabriel Granados Vergara, un hombre de 53 años, se convirtió en el primer paciente en recibir un trasplante de extremidades superiores en Latinoamérica. Este caso no solo revolucionó la medicina en el país, sino que también abrió un debate sobre la donación de órganos y los vacíos legales que rodean este tema.

¿Quién es Gabriel Granados y cómo llegó a un trasplante de brazos?

Años atrás, Gabriel sufrió un accidente que cambió su vida para siempre. Mientras trabajaba en la azotea de su hogar, fue electrocutado por una corriente eléctrica que lo dejó gravemente herido. Los médicos hicieron todo lo posible por salvar sus extremidades, pero finalmente tuvieron que amputarlas. La pérdida de ambos brazos significó un desafío enorme: desde tareas cotidianas como comer y vestirse hasta recuperar su independencia.

En 2012, gracias al trabajo del equipo médico del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán (INCMNSZ), Gabriel recibió el trasplante de ambos brazos. La cirugía duró 19 horas y contó con la participación de 18 especialistas, entre cirujanos plásticos, ortopedistas y anestesiólogos.

¿Cuál es la complejidad del trasplante de brazos?

El trasplante de extremidades superiores es una operación extremadamente compleja que requiere la reconexión precisa de piel, músculos, huesos, arterias y nervios. Para que sea posible, se necesita un donador con muerte cerebral cuya compatibilidad incluya factores como tono de piel, tamaño y distribución del vello. En el caso de Gabriel, el donador fue un joven vigilante de 34 años que falleció trágicamente debido a un disparo en la cabeza.

La recuperación también es un reto significativo. Gabriel logró recuperar hasta el 75% de la movilidad en sus brazos tras años de rehabilitación intensiva. Hoy puede realizar actividades como cepillarse los dientes, afeitarse e incluso trabajar como perito independiente.

Aunque técnicamente este tipo de intervenciones son posibles en México, existen obstáculos jurídicos que limitan su realización. La Ley General de Salud establece que para ser donador se debe expresar explícitamente la voluntad de donar órganos o tejidos; a diferencia de otros países donde la donación es automática salvo negativa expresa. Esto dificulta la disponibilidad de donantes para procedimientos tan específicos como el trasplante de brazos.

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