Refinería fantasma: el nuevo rostro del robo de combustible en Veracruz
Una refinería ilegal que funcionaba mejor que Dos Bocas, procesaba combustible a 30 km de Minatitlán; al momento no hay detenidos.
Lo que antes eran pinchazos a ductos y bidones a media noche, hoy se ha convertido en algo mucho más sofisticado y alarmante. Autoridades federales hallaron una refinería clandestina en el sur de Veracruz, que presuntamente procesaba crudo robado para convertirlo en diésel, combustóleo ligero y solventes. El hallazgo se realizó a poco más de 30 kilómetros de la refinería “Lázaro Cárdenas” de Pemex en Minatitlán, uno de los puntos neurálgicos del sistema energético nacional.
Según los primeros reportes, el sitio fue asegurado con 11 grandes tanques que contenían los productos derivados del procesamiento ilegal. Sin embargo, aún no se ha determinado desde cuándo estaba en funcionamiento ni quiénes están detrás de esta operación criminal. De momento, no hay detenidos, y la instalación permanece bajo resguardo de la policía estatal.
Vecinos preocupados: ¿estamos comprando combustible ilegal?
La revelación ha causado inquietud entre los habitantes de municipios cercanos como Coatzacoalcos y Cosoleacaque, quienes ahora se preguntan si el combustible que llega a las estaciones locales pudo haber salido de esta operación clandestina. Javier Toral, vecino de Coatzacoalcos, expresó: “El hecho de saber esto nos hace pensar qué está pasando realmente en el país. Si ese energético llegaba a concesionarios, nos afecta directa o indirectamente.”
¿Una red criminal organizada o un acto aislado?
Aunque no se ha confirmado la magnitud de la red, todo apunta a una estructura bien organizada. La operación de una refinería, por más improvisada que sea, requiere logística, personal capacitado y acceso constante a insumos. Esto sugiere la existencia de una cadena criminal que va más allá del robo de ductos.
El avance tecnológico y la impunidad parecen haber facilitado este salto del robo de combustible rudimentario a una versión mucho más industrial y peligrosa. Mientras tanto, las autoridades continúan investigando el origen del crudo robado, los canales de distribución del combustible procesado y la posible infiltración en el mercado legal.
Vigilancia y más preguntas que respuestas
Por ahora, la refinería clandestina está asegurada, pero el silencio oficial respecto a los responsables y el destino del producto genera aún más preguntas. ¿Cuántas refinerías como esta operan sin ser detectadas? ¿Qué tan infiltrado está el mercado energético por el crimen organizado?