El gobierno de Estados Unidos alista deportación masiva de niños huérfanos procedentes de Guatemala, sin embargo, la medida quedó frenada tras la intervención de un juez federal. De acuerdo con fuentes jurídicas, se trata de unos 600 menores guatemaltecos no acompañados que habían ingresado a territorio estadounidense y permanecían bajo custodia federal.
Los abogados defensores de los menores fueron alertados de que, durante la madrugada, los niños habían sido despertados para ser trasladados a los aviones que los llevarían a Ciudad de Guatemala. Incluso, se confirmó que uno de los vuelos partió desde Texas rumbo a Guatemala, pero fue devuelto a EU luego de que se emitiera la orden judicial de suspensión.
La versión de las autoridades de Estados Unidos respecto a la deportación de niños
El Departamento de Justicia de EU argumentó ante la corte que los padres de estos menores habrían solicitado formalmente su retorno. Sin embargo, los abogados de los niños cuestionaron esa afirmación, asegurando que no existen pruebas suficientes que confirmen esa versión.
Ante esta discrepancia, la jueza a cargo del caso concedió plazo hasta el próximo viernes para que las autoridades estadounidenses presenten documentación que verifique que efectivamente los padres fueron quienes solicitaron la repatriación.
Guatemala reacciona ante el anuncio de deportación
El gobierno de Bernardo Arévalo informó que hasta el momento no ha recibido vuelos con niños o adolescentes deportados. Aclaró que únicamente arribaron a Ciudad de Guatemala dos vuelos programados previamente con adultos deportados desde EU, pero ninguno correspondía a este operativo de menores.
El Ejecutivo guatemalteco señaló además que estaban al tanto de esta posible medida desde la visita de la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, con quien abordaron el tema de los flujos migratorios. También confirmaron que cuentan con un protocolo específico para recibir a los deportados y que, de ejecutarse la deportación de estos menores, ese mismo esquema se aplicaría.
La suspensión judicial, aunque temporal, pone en pausa una de las mayores operaciones de repatriación infantil de los últimos años. Por ahora, los menores permanecen bajo custodia federal, a la espera de la decisión final que podría definirse en cuestión de días.