El asesinato de George Floyd el 25 de mayo de 2020 en Minneapolis, Estados Unidos, marcó un antes y un después en la conversación mundial sobre racismo, brutalidad policial y derechos civiles.
El video que capturó los casi nueve minutos en los que el exagente Derek Chauvin presionó su rodilla contra el cuello de Floyd, dejándole caer todo el peso de su cuerpo, mientras el hombre suplicaba “No puedo respirar”, causó una ola de indignación y protestas masivas no sólo en la Unión Americana, sino alrededor del mundo.
El caso George Floyd: un punto de inflexión global contra el racismo y la brutalidad policial
Una de las primeras lecciones fue la fuerza del testimonio visual. A diferencia de otros casos, el video de la muerte de George Floyd fue extenso y claro, lo que impactó a la opinión pública y aceleró la exigencia de justicia.
La evidencia audiovisual fue crucial para que el jurado declarara culpable a Derek Chauvin de todos los cargos, algo excepcional en un país donde rara vez los policías son condenados por asesinato.
Cinco aprendizajes del caso Floyd: justicia, movilización y reformas
- La movilización ciudadana: El caso George Floyd reactivó el movimiento Black Lives Matter (Las vidas negras importan) y desencadenó protestas globales contra el racismo sistémico y la violencia policial, demostrando que la presión social puede impulsar debates y cambios legislativos de gran alcance.
- Aplicación de la ley: El veredicto de culpabilidad contra Chauvin fue un hecho histórico que mostró que es posible responsabilizar a agentes de la ley por el uso excesivo de la fuerza. Sin embargo, organizaciones como Amnistía Internacional advierten que la justicia plena solo se logrará cuando estos crímenes no se repitan y existan mecanismos efectivos de rendición de cuentas.
- Reformas para la policía, o algo cercano a eso: Tras la muerte de George Floyd, la Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó una reforma policial que incluye la prohibición de técnicas de estrangulamiento, uso obligatorio de cámaras corporales y la creación de una base de datos nacional de mala conducta policial. No obstante, la reforma sigue congelada y no ha sido aprobada totalmente debido a diferencias políticas.
- Visibilidad del racismo sistémico: El caso evidenció que la brutalidad policial afecta desproporcionadamente a las minorías, especialmente a la comunidad afroamericana. Este reconocimiento ha impulsado discusiones sobre desigualdad y discriminación en otros ámbitos sociales y países.
- La sociedad como agente del cambio: Más allá de los tribunales, la lección más profunda es la responsabilidad colectiva para frenar el odio y construir una sociedad más justa.