Las autoridades sanitarias de la Franja de Gaza informaron que el número total de personas fallecidas desde el inicio de la ofensiva militar israelí en octubre de 2023 ha alcanzado los 61 mil 722 muertos y 154 mil 525 heridos.
En las últimas 24 horas, se registraron 123 muertes adicionales y 437 heridos, reflejando la continuidad de los ataques y la gravedad de la situación humanitaria en el enclave palestino.
Crisis alimentaria y víctimas de la hambruna crecen en Gaza
La crisis no solo se mide en cifras de bombardeos. La hambruna que azota a Gaza ha dejado ya 235 muertos por desnutrición, entre ellos 106 niños, y las autoridades advierten que la cifra podría aumentar en los próximos días debido a la falta de acceso a alimentos y medicinas esenciales.
Organismos internacionales han advertido que los bloqueos y restricciones en la entrada de suministros están acelerando el deterioro de la salud de miles de personas, especialmente de los menores y ancianos.
¿Cómo comenzó el conflicto en Gaza?
La ofensiva israelí, iniciada en respuesta a ataques armados desde Gaza, ha dejado una devastación masiva en zonas residenciales, infraestructura y hospitales. La densidad poblacional del enclave, junto con el cierre de corredores humanitarios, ha complicado las labores de rescate y atención médica.
Organizaciones de derechos humanos han denunciado que la población civil está soportando la mayor parte del impacto, con un número creciente de desplazados internos que carecen de refugios seguros y acceso a agua potable.
Llamados internacionales y situación en el terreno
Mientras continúan los bombardeos, organismos de la ONU y grupos humanitarios solicitan un alto al fuego inmediato para permitir la entrega de ayuda. Sin embargo, las negociaciones entre las partes permanecen estancadas.
La situación en hospitales y centros de atención médica es crítica: muchos operan con recursos mínimos, sin electricidad estable y con carencia de insumos quirúrgicos, lo que incrementa el riesgo de más muertes evitables.
La cifra de muertos en Gaza y el número de heridos siguen aumentando, dejando a la comunidad internacional frente a una crisis que, de no detenerse, podría tener consecuencias aún más catastróficas en los próximos meses.